en el teatro auditorio del revellín

400 escolares celebran el Día Internacional de la Ciudad Educadora

Una ciudad educadora implica el compromiso con un modelo en el que rigen la inclusión y la igualdad de oportunidades, la justicia social, la democracia participativa y la convivencia entre culturas.

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photo_camera El Teatro Auditorio del Revellín ha acogido un acto esta mañana con unos 400 escolares / ANTONIO SEMPERE

Unos 400 alumnos de varios centros e institutos de la ciudad como Príncipe Felipe, Rosalía de Castro, Pablo Ruiz Picasso, Lope de Vega, Maestro José Acosta, Rey Juan Carlos I, García-Lorca, Santa Amelia, Maestro Juan Morejón, Severo Ochoa, Puertas del Campo, Clara Campoamor, Camoens, Abyla y Siete Colinas, han participado en los actos organizados en el Teatro Auditorio del Revellín para conmemorar el Día Internacional de la Ciudad Educadora. Al acto han acudido las consejeras de Educación y Cultura, Rabea Mohamed, y de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mabel Deu.

La Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) es una organización sin ánimo de lucro que reúne a los gobiernos locales comprometidos con el cumplimiento de la Carta de Ciudades Educadoras, la cual constituye la hoja de ruta de este movimiento mundial iniciado en 1990 con el primer Congreso Internacional de Ciudades Educadoras y constituido formalmente en asociación en 1994.

Actualmente, 485 ciudades de 36 países de todos los continentes forman parte de esta asociación. Una ciudad educadora es aquella que apuesta por la educación como herramienta de transformación social, movilizando y articulando el máximo número posible de agentes educativos que inciden en el territorio. Implica el compromiso con un modelo de ciudad en el que rigen la inclusión y la igualdad de oportunidades, la justicia social, la democracia participativa, la convivencia entre diferentes culturas, el diálogo entre generaciones, la promoción de un estilo de vida saludable y sostenible o la planificación de una ciudad accesible e interconectada. Principios, todos ellos, recogidos en la Carta de Ciudades Educadoras.

Los gobiernos locales que añaden este atributo a su nombre sitúan la educación como eje central de su proyecto político. Ello implica la toma de consciencia de que las diferentes políticas y actuaciones que se proponen y se ponen en marcha desde las distintas instancias y servicios municipales transmiten y educan en unos determinados valores. A ello se suma, el compromiso activo de trabajar para contrarrestar los numerosos fenómenos y factores deseducadores que aún persisten en las ciudades.

La familia y la escuela son las primeras instancias de socialización y educación de las personas. La ciudad educadora no sólo reconoce su importante función, sino que además busca convertir la ciudad en una gran aula, donde todos, pequeños y mayores, puedan aprender de sus monumentos y edificios emblemáticos, de sus museos y centros culturales, de sus parques y jardines, de sus instituciones y servicios, del trazado de sus calles y del transporte público.

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