DESFILE FESTIVO

Bestias feroces, pollos afelpados y el quejío de Chiquetete animan la Cabalgata de Feria

La tradicional Cabalgata de Feria ha recorrido las calles ante la mirada de centenares de ceutíes, cumpliendo de este modo con el ritual que lleva cada año el bullicio del recinto ferial hasta el centro de la ciudad. 

Sin título-1Las reinas de las fiestas, durante la Cabalgata/ ANTONIO SEMPERE

La vida en un centenar de metros. La cabalgata de Feria ha recorrido esta noche las calles del centro de la ciudad con el propósito, quizás impremeditado, de componer una alegoría de la existencia y de las contingencias que la configuran. Habrá quien considere que la crónica de un desfile para niños organizado por un ayuntamiento mediano con motivo de las fiestas patronales merecería otras reflexiones e, incluso, puede que exigiera la exposición de detalles más mundanos y populares. Si tal hiciéramos, caeríamos, sin embargo, en el tópico embrutecedor y mendaz con el que, de ordinario, se ocultan las grandes verdades al pueblo llano. Desentrañemos pues la cifra del mensaje que arteramente ha urdido la Consejería de Fiestas, una enseñanza cuya revelación queda sólo al alcance de los iniciados.

reina feria 2016Unas enormes gallináceas afelpadas abren la procesión, sin duda una alusión simbólica a la fertilidad, pues nada hay más inclinado a la reproducción de la especie que las gallinas, a quienes de antiguo se atribuye una proverbial promiscuidad sobre la que se ha cimentado su mala fama.

Estas aves de corral enormes están confeccionadas, además, con una suave felpa que, en su estampado, recuerda al de los sofás que presidían las salas de estar de nuestras tías solteras, mujeres honestas e intachables, tan ajenas, para su desgracia, a las aficiones sicalípticas de las gallinas a las que tan finamente nos hemos referido más arriba.

Obsérvese el sutil contraste introducido por los malévolos funcionarios del departamento de Fiestas al unir en un único símbolo a la casquivana gallina con la célibe tía carnal. La existencia nos enseña que todo es poliédrico.

Más atrás, se desplazan sigilosamente tras los pollos: un león, una cobra rampante, un tigre y un rinoceronte. Los símbolos que cada una de las alimañas representan escapan, en este caso, incluso al observador más perspicaz. ¿Qué quisieron decirnos los empleados de la Consejería de Festejos? ¿Qué críptico mensaje esconden estas bestias? ¿A qué misterio de la existencia se refieren? ¿Por qué, de improviso y sin advertencia previa, comenzó a sonar el profundo quejío de Chiquetete interpretando “La puerta de Toledo"? ¿Qué es esto?

La vida es confusión, una sucesión absurda de acontecimientos, un estruendo sin sentido…

Por cierto, la cabalgata, con sus reinas, sus policías locales ejerciendo de custodios y sus niños excitados ante tanta algarabía llegó sin novedades a su destino.