"No consta que los efectivos de la Guardia Civil hayan realizado actuación alguna contraviniendo la normativa vigente". Ésta es la respuesta que el Gobierno central ha ofrecido a una pregunta parlamentaria presentada por la diputada de EH Bildu Mariam Beitialarrangoitia sobre las circunstancias que rodearon el intento a la valla fronteriza registrado el pasado 10 de septiembre. Aquel día, la Guardia Civil devolvió a Marruecos de manera sumaria a más de 60 migrantes. Sólo cinco de ellos consiguieron permanecer en territorio español gracias a que sus heridas requirieron su ingreso en el Hospital Universitario.
El Gobierno asegura en su respuesta que, en aquella ocasión, se intervino a los migrantes “cuchillos de grandes dimensiones y otros elementos punzantes y cortantes" y alude a un incidente en el que algunos residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, que se trasladaron al lugar, lanzaron piedras contra los guardias civiles.
La respuesta del Gobierno es fiel a la argumentación que desde finales del año pasado viene utilizando para caracterizar los intentos de entrada en la ciudad a través de la valla. Las autoridades españolas comenzaron entonces a presentar estas tentativas como actuaciones coordinadas en las que se emplean “herramientas sofisticadas” y durante las cuales los migrantes emplean armas y recurren a la violencia.
Durante el incidente del 10 de septiembre, los guardias civiles entregaron a las fuerzas marroquíes a una sesentena de migrantes que, nada más entrar en territorio del país vecino, fueron apaleados sistemáticamente. Además, militares marroquíes llegaron a penetrar en el espacio que separa las dos vallas para recoger a un joven subsahariano y llevarlo a Marruecos.