concentrados más de cuatro horas

Medio centenar de argelinos se concentran para reclamar un permiso que les permita dejar la ciudad

Los concentrados han insistido en el trato discriminatorio que se les dispensa con respecto al resto de migrantes. La protesta se iniciaba en la Plaza de la Constitución minutos después de que 79 residentes del CETI, todos ellos nacionales de países subsaharianos, partieran rumbo de la Península para ser acogidos en distintas ciudades españolas. 

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photo_camera Dos policías vigilan a los concentrados/ ANTONIO SEMPERE

argelinos en delegaciónRepresentantes de los concentrados tramitan el permiso para la concentración en la Delegación de Gobierno/ A.S.S

Medio centenar de argelinos han permanecido concentrados en la Plaza de la Constitución más de cuatro horas en demanda de una autorización que les permita abandonar la ciudad y emprender camino con destino a distintos países europeos. Los migrantes, todos ellos residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), comenzaban su protesta minutos después de que 79 jóvenes subsaharianos salieran del centro de acogida con un permiso que les permite trasladarse a distintas ciudades españolas.

No es la primera ocasión en la que ciudadanos argelinos exhiben públicamente su queja ante un trato que juzgan discriminatorio. Los concentrados pretendían emprender una marcha a través de la calle Real, propósito que ha sido abortado por la Policía Nacional, que les ha persuadido de la necesidad de disponer de una autorización para ello.

Los concentrados discutían todavía dos horas después del comienzo de la protesta acerca de cómo conducirse para que sus quejas fueran oídas. Finalmente, dos de ellos se han dirigido a la Delegación del Gobierno con el fin de recabar la autorización para convocar una nueva concentración en la Plaza de los Reyes el próximo día 16 a mediodía.

Los argelinos mostraban su incredulidad por el diferente trato que la administración española les dispensa con respecto a los subsaharianos. Muchos de ellos aseguran tener familia en Europa e, incluso, uno de ellos explicaba a los periodistas que una de sus hijas había nacido en Melilla y que, actualmente, residía junto a su madre en Francia. La desesperación llevaba a algunos a expresar su disposición a renegar de su nacionalidad si ello servía para poder salir de la ciudad.

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