“No nos consta”. Esta es la respuesta que la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha ofrecido este lunes a un periodista que le ha preguntado si Marruecos está permitiendo la llegada masiva de migrantes a Ceuta con la relajación de sus controles fronterizos.
La lacónica respuesta de la ministra esconde el enconamiento que en las últimas semanas ha caracterizado las relaciones hispano-marroquíes. La acogida en España del líder del Frente Poliario, Brahim Ghali, ha causado un profundo malestar en el Gobierno marroquí. Ghali está siendo tratado de covid-19 en un hospital de Logroño.
Desde que a mediados de abril trascendiera la presencia de Ghali en España, Marruecos no ha cesado de hacer declaraciones públicas haciendo patente su malestar. Incluso difundió un comunicado en el que hablaba de que la acogida al líder saharaui tendría consecuencias. Los analistas consideran que la permisividad de las autoridades marroquíes en su frontera con Ceuta podría encuadrarse dentro de estas “consecuencias”.