En españa

El Banco de España se queda sin crédito

Los reguladores imputados y la cúpula del Banco de España escabezada. Once años y más de 60 mil millones después, seguimos sin conocer el comportamiento de los reguladores. Los jueces impulsan una investigación que continuará el Congreso.

banco españa
photo_camera El Banco de España está descabezado / E.D.

Finalmente, los inspectores organizados en la correspondiente Asociación del Banco de España lo han conseguido. Por el contrario, al intento de Luis Linde, el Gobernador, de rescatar el crédito del Banco y de pacificar el largo conflicto entre cúpula e inspectores se lo lleva la marea abierta por la sala tercera de la Audiencia.

Once años después de que los inspectores pidieran la dimisión de Caruana, tras años de denuncias a la cúpula política – desde Restoy a Fernández Ordoñez- , la recuperación de unos correos electrónicos del Inspector en Bankia ha roto el blindaje que el Juez Andreu y el Fiscal Luzón habían puesto alrededor de los reguladores.

 

¿Populismo Judicial?

Dicen los magistrados que los correos legitiman los distintos indicios que los inspectores habían ido poniendo encima de la mesa. Los ilícitos que justifican las imputaciones de los reguladores son cinco.

Además de los correos electrónicos de Casaus sobre Bankia (“es una máquina de perder dinero”, “el grupo no es viable”, “acabará en pocos meses en la nacionalización”), el auto de la Audiencia añade otros cuatro indicios: los informes de seguimiento emitidos por el equipo de inspección en 2011; los informes periciales de 2014 y 2016; las declaración del expresidente de Caja Madrid, Olivas; y la cadencia de acontecimientos de los que la Audiencia deduce que el Banco de España “impulsó” el proceso que desembocó en la salida a bolsa de la entidad.

Los correos, textos bastante informales y redactados sin demasiado rigor, aunque contundentes, no siguieron ninguna vía formal y no se sabe si llegaron a la Comisión Ejecutiva, cosa que no parece importar a los magistrados que aceptan el testimonio de Casaus de que los responsables conocían los desmanes de Bankia.

La consecuencia es que los Fernandez Ordoñez, Segura y Restoy (reponsables del Banco de España y de la Comisión del Mercado de Valores) son investigados (imputados). Junto a ellos, la marea alcanza a tres cargos relevantes del Banco de España: el director general de Supervisión , Mariano Herrera; del director general adjunto de Supervisión, Pedro Comín, y del director del Departamento de Inspección, Pedro González, los tres dimitidos tras su procesamiento.

Lo cierto es que ninguno de los nuevos indicios se refiere a Julio Segura, el exresponsable de la Comisión del Mercado de Valores, al que se le reprocha la salida a bolsa de Bankia.

 

Linde se lo veía venir

En realidad, el conflicto con los inspectores tiene mucho de corporativo. A las tradicionales quejas salariales, se han unido la pérdida de relevancia (la supervisión y metodología es ya europea), la contratación de auditores externos y el no reconocimiento de un estatuto de élite. La venganza ha sido sonada.

El Gobernador había abierto hace unos días la puerta a poner en claro en un Libro Blanco las estrategias del regulador frente a la crisis y estaba empeñado en una cruzada para separar “las  insuficiencias o, incluso los errores, y las actuaciones susceptibles de reproche legal”, tal y como escribía en un artículo para tratar de mantener el blindaje de su cúpula de supervisión, ahora dimitida.

 

La marea de Bankia que lo arrasa todo

La cuestión es que la crisis llega, al final, al Banco de España. La élite económica, la mejor supervisión del mundo, según Fernández Ordoñez, suma al descrédito que produjo la crisis financiera su propia agenda judicial.

El descrédito está justificado. El Tribunal de Cuentas estima que, desde 2009 a 2015, el rescate público del sector financiero alcanza los 60.718 millones de euros. Cinco entidades concentran 51 mil millones, más del ochenta por ciento. 

Bankia, suma 12,347 millones, el veinte por ciento del total. Sin embargo, la entidad que más ha costado al contribuyente ha sido Catalunya Caixa, 12.676 millones. La Caja de Ahorros del Mediterráneo con 11.065 millones, Novagalicia con 9.159 millones y Banco de Valencia con 6.142, completan las entidades más relevantes.

 

Errores estratégicos o complicidad

Lo que estas cifras ponen de manifiesto es la insuficiencia de la estrategia impulsada por Fernández Ordoñez, el exgobernador,  avalada en el último periodo por Zapatero y la Ministra Salgado. El gradualismo, la capitalización de las entidades por lo civil o lo militar (preferentes, salidas a bolsa, fusiones en frío, etcétera) se acompañaron en el caso de la entidad presidida por Rato de tolerancia (si ignorancia, es peor) con prácticas contables, bancarias y éticas deleznables.

Bankia es una losa para explicar la política anticrisis en España pero también para reconstruir el crédito de los reguladores.

 

El deterioro de la credibilidad

El deterioro de la credibilidad del Banco de España debilita al conjunto del sistema financiero español y nos pone definitivamente en manos de la supervisión europea.

La victoria de los inspectores es pírrica. Una parte de ellos están excedentes, la mayor parte buscan acomodo en las instituciones financieras europeas, donde ya están los mas relevantes, y los que quedan en Madrid corren riesgo de convertirse en un grupo de presión mas que en un medio técnico de élite.

No es la cúpula, es todo el Banco de España, inspectores incluidos, los que han perdido peso e influencia. La élite reguladora española se queda sin crédito.