Estrella Digital/ Elsa S. Vejo
Optimismo, pero no triunfalismo. "Debemos de ser prudentes y humildes en estos momentos". Así se expresaba este lunes el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. Y lo hacía después de que su jefe de filas, Mariano Rajoy, asegurara sin muchos aspavientos que veía "razonable" la decisión del PSOE de abstenerse en su investidura, que se "ponía en su lugar", y que iba a intentar devolver a los socialistas el 'favor': "en la resolución que aprobó este lunes el PSOE hay cosas buenas que se pueden hablar".
Este lunes, la plana mayor del PP ha acudido a un desayuno informativo, organizado por Fórum Europa, y protagonizado por el líder del PP de Cataluña, Xavier García Albiol. Las caras de alivio imperaban, pero pocos han querido hacer declaraciones públicas a este respecto. "Síes" y amplias sonrisas han sido las respuestas a las numerosas preguntas de los periodistas sobre si se estaban "satisfechos" con la decisión de los socialistas. Pero nada más.
La intención de Rajoy ahora es esperar al debate de investidura de esta semana para decir todo lo que tenga que decir a este respecto. Tanto es así, que este lunes, tras el Comité de Dirección convocado en Génova, no habrá rueda de prensa. Es decir, ningún portavoz 'popular' hará una valoración más profunda sobre la abstención del PSOE más allá de la realizada por Mariano Rajoy, que ha aprovechado la presentación que ha tenido que hacer de García Albiol, para zanjar el tema.
El jefe del Ejecutivo en funciones se ha limitado a calificar este lunes de "muy razonable" la decisión del Comité Federal socialista y asegurar que España tiene "un gran futuro" si hay "voluntad" por parte de todos. Rajoy también ha asegurado que se pone "en el lugar del otro" y que ha leído la resolución que aprobó el PSOE, en la que, según ha dicho, hay "cosas que son buenas" y "sobre las que se puede hablar". En concreto, la resolución aprobada por el PSOE reclama derogar la reforma laboral, convocar de forma "urgente" el diálogo social, el Pacto de Toledo y la "completa derogación" de la ley educativa (LOMCE).
