medio ambiente la sancionó con 12.000 euros

El juzgado admite a trámite el recurso de Baleària contra la multa por contaminación acústica

La Consejería de Medio Ambiente resolvió sancionar a la naviera por el ruido de los motores durante su pernoctación en la ciudad. Ahora un juzgado ha admitido el recurso contencioso administrativo de la naviera para no pagar esa cantidad.

Balearia
photo_camera El origen está en las denuncias ciudadanas por el ruido nocturno del motor del Passió durante años / C.A.

El Juzgado número 1 de Ceuta ha admitido a trámite el recurso contencioso administrativo interpuesto por Balearia contra la Ciudad Autónoma por la multa de 12.000 euros impuesta por el exceso de ruido generado por los motores auxiliares del Passió per Formentera durante su pernoctación en el Puerto. La vista entre ambas partes está prevista para el próximo 17 de mayo a las 11.20 horas. Se informa además que si la naviera no comparece, se dará por desistido el recurso y se le condenará en costas y si es la Administración la ausente, el proceso continuará sin ella.

Fueron las quejas de los vecinos de los aledaños del puerto quienes comenzaron a quejarse de la contaminación acústica nocturna. En julio del año pasado la Consejería de Medio Ambiente informó a la naviera de la sanción.

 

Los vecinos, sin descansar

Las quejas de los vecinos y los trabajadores del puerto eran conocidas por la Autoridad Portuaria. Los responsables de la institución sabían desde el 2014 de los problemas de contaminación acústica generados por los motores auxiliares del ferry Passió per Formentera. De hecho, la institución encargó un informe técnico a la empresa Geotecnia y Medioambiente Ceuta S.L. cuyas conclusiones recibió el 27 de septiembre de 2014. “La principal fuente emisora se centra en los motores del ferry cuyo nombre corresponde a Passió per Formentera de la compañía Baleària, que permanece atracado con motores en marcha a partir de las 01.00 horas”, precisaba el documento encargado por los responsables portuarios.

 

Estudio

El estudio se elaboró con los datos arrojados por la toma de 48 mediciones de ruido en 7 localizaciones distintas. Los técnicos se ubicaron en una de las viviendas de El Sardinero y advirtieron cómo, antes de la llegada del Passió el ruido de fondo alcanzaba valores de 47,2 decibelios con las ventanas del domicilio abiertas y 28,1 cuando éstas estaban cerradas. Las magnitudes se elevaban hasta los 59,4 decibelios y los 38 en el momento en el que el barco atracaba en el muelle.

La intensidad del ruido provocado por la embarcación se constató mucho mayor en las estancias donde se encuentran los trabajadores que desempeñan su labor en la zona portuaria. En este caso, la actividad del ferry generaba 72,6 decibelios en el exterior de los locales.

A finales de mayo de 2015, y avalado por 417 firmas de residentes en El Sardinero y otras barriadas, la Autoridad Portuaria recibió de manos de los vecinos un escrito que era copia de la denuncia que habían presentado previamente ante los responsables de Medio Ambiente de la Ciudad.

No fue hasta finales de junio de ese mismo año cuando se ordenó a Baleària que durante las noches el Passió permaneciera fondeado fuera de puerto. La solución aminoró el impacto acústico de sus motores auxiliares, pero no sirvió para solucionar el problema.

El 27 de mayo de 2015, el asunto fue abordado en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria que instó a la Consejería de Medio Ambiente a la resolución, de forma urgente, del grave problema de contaminación acústica nocturna causado por el buque Posteriormente, el 8 de julio de 2015, la Consejería requirió a la Autoridad Portuaria, competente en la materia, la toma medidas inmediatas para evitar que el ruido de los motores del barco, sugiriendo el consejero competente, Emilio Carreira, que una solución podría pasar por que el buque pernoctase fuera del puerto. 

 

Fuera del puerto

En junio, la Autoridad Portuaria decidió ordenar a Baleària que durante las noches el Passió permaneciera fondeado fuera de puerto. La solución aminoró el impacto acústico de sus motores auxiliares, pero no ha servido para solucionar el problema.

El 19 de agosto de ese mismo año, la naviera Baleària anunció la conclusión de los trabajos de colocación de un silenciador en los motores de su ferry Passió per Formentera. Seis días después, el 25 de agosto, la Autoridad Portuaria autorizó al buque a volver a pernoctar atracado a puerto.

La decisión se adoptó después de acometiera reparaciones para silenciar los ruidos que generaban los motores del ferry. Hasta ese momento, el buque de Baleària se veía obligado a permanecer fondeado fuera de puerto durante la madrugada por orden de la Consejería de Medio Ambiente.

La autorización se concedió después de que Capitanía Marítima, mediante una comunicación verbal, diese su visto bueno a los trabajos practicados en el buque. Según explicó el capitán marítimo, Jesús Fernández, las informaciones proporcionadas por la naviera sobre las reparaciones han permitido evacuar un informe favorable a su retorno a muelle.

Las molestias acústicas generadas por el Passió per Formentera tienen un antecedente en las líneas de Alcudia y Ciutadella en las que el buque había prestado servicio. En agosto de 2014, la naviera se comprometió a solventar los mismos problemas que su embarcación generó en Ceuta. Ya entonces, la compañía anunció que había contratado a una empresa especializada para solventar el problema, aunque la adaptación de los motores jamás se practicó.

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