Al señor pérez padilla

Aconsejamos a los gestores de Ingesa que la energía que han empleado en vituperar a este sindicato la empleen en Madrid, donde realmente existen los mecanismos de solución.

abdelghani el amrani

El día 28 de junio de 2017, miembros de este sindicato se desplazaron a Ceuta, con el objetivo de reunirnos con los profesionales de la ciudad hermana, ante la solicitud de éstos de aunar posturas, en primer lugar sobre la pseudo-OPE en curso y, en segundo, sobre las actuaciones a seguir ante el negro futuro de la profesión en ambas ciudades.

Evidentemente este humilde sindicato no tiene herramientas directas para solucionar ni lo uno, ni lo otro, pero sí la suficiente talla moral para cumplir nuestra obligación, primero como médicos y segundo como españoles, de exigir una sanidad de calidad para ceutíes y melillenses.

La respuesta de INGESA en Ceuta ha sido de manual barato: intentar desprestigiarnos por un lado, y acusarnos de crear alarma social por otro; es lo que siempre han hecho en Melilla (por cierto, sin ningún éxito; aquí no les cree nadie) y que parece ser que van a reproducir en Ceuta, sin ningún rubor; el problema es el que el manual se les acaba ahí, revelando no sólo una absoluta ausencia de talante, sino, y lo que es más grave, una pobre capacidad cognitiva como organismo, cuyas manifestaciones públicas, más que la expresiones de una institución dependiente del gobierno español, se asemejan a la invectivas dialécticas de uno de esos programas de cotilleos que desgraciadamente triunfan en la televisión de nuestro país.

Evidentemente este sindicato no va a entrar en el juego que nos ofrece INGESA de acusación-contracusación, provocación-reacción, insulto-reinsulto; los representantes de INGESA en Ceuta ya deberían haber aprendido de los de Melilla que nunca bajamos al barro cuando nos provocan y tampoco lo vamos a hacer en este caso.

No obstante, sí creemos que hay algunos aspectos referidos en el comunicado de INGESA-Ceuta de una extrema (podríamos decir que insólita) gravedad y que deben ser comentados:

En primer lugar, cuando se dirijan al Dr. Abdelghani El Amrani, deberían hacerlo con respeto. No sólo se trata de un excelente profesional, sino que, si se toman la molestia de revisar su Curriculum Vitae, atesora decenas de publicaciones en revistas de alto impacto y él solito suma más que todos gestores de INGESA en Ceuta y Melilla juntos. En cualquier país de Europa sería inconcebible un ataque personal contra un profesional de prestigio que, en lugar de amancebarse con la Administración como han hecho otros, ha sacrificado su ocio y sus coronarias en una lucha de valores, en la lucha de defender una sanidad digna en Ceuta, para conseguir logros no para él, que no los necesita, sino para el colectivo y para los ciudadanos. Ojalá hubiese muchos como él, otro gallo cantaría.

En segundo lugar, hemos de deplorar profundamente el mutis por el foro que ha realizado el Director Territorial de INGESA en Ceuta tanto en la primera visita que realizamos a Ceuta en abril de  este año, como en la reciente que efectuamos en junio. En ambas ocasiones hemos intentado acercarnos a saludarle y debatir con él, pero de forma infructuosa. Él sabrá las razones, nosotros no.

En tercer lugar, los responsables de INGESA en Ceuta hacen gala de una desinformación sonrojante. Este sindicato ha llevado a cabo numerosas reuniones con los principales gestores de INGESA, incluido su Director General, José Julián Díaz Melguizo, a los que se les ha aportado mil y una ideas y fórmulas para mejorar la sanidad en las ciudades autónomas; además han existido reuniones tanto con Rubén Moreno Palanques en su etapa como secretario General de sanidad, como con el actual, Javier Castrodeza; también con el ministro Alfonso Alonso en su momento y con la actual Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, ahora. El clima de estas reuniones siempre ha sido cordial y profesional y se han puesto sobre la mesa las soluciones reales de los problemas sanitarios que padecemos. De estas reuniones hay suficiente soporte documental. Así que, por favor, cuando digan que no aportamos soluciones innovadoras, deben de documentarse o, al menos, contactar con sus superiores jerárquicos para evitar decir tamañas insensateces.

Otro punto, y no menos importante, es el catastrófico clima laboral que existe entre los médicos de Ceuta y Melilla. En nuestra visita a Ceuta hemos podido comprobar el grado de desolación de los profesionales de la Medicina y cómo muchos de ellos consideran esta unión entre los sindicatos  médicos de Ceuta y Melilla como el último cartucho para evitar abandonar su ciudad amada, ante la imposibilidad de poder trabajar en unas condiciones mínimamente dignas, que les está costando la salud. Los responsables de INGESA podrán decir lo que quieran, allá con su conciencia (por cierto, nadie les va a creer), pero el miércoles 28 de junio sufrimos una jornada muy emotiva y nos marchamos de Ceuta con el corazón en un puño, cuando nos reencontramos con compañeros que hacía años que no veíamos y, entre lágrimas, nos decían que no podían más, que no aguantaban más, que tiraban la toalla y que su único objetivo era marcharse de Ceuta, porque no había ninguna solución.

A esos compañeros les consolamos, les dijimos que aguantasen, que había que luchar, que podíamos conseguirlo, que estábamos multiplicando las gestiones a todos los niveles, que no podían rendirse…pero, desgraciadamente, la sensación de ser los “últimos de Filipinas” invadía nuestros corazones.

En otro orden de cosas, INGESA debe dejar de manipular la realidad. Cuando dicen, refiriéndose al engendro de OPE que han gestado, que la Ley, en España, les obliga a ofrecer el 100% de las plazas vacantes a traslado, deberían consultar otras OPEs nacionales. Resulta que en la OPE del Servicio Madrileño de Salud sólo el 21.8 % del total se ofrecen a traslado. ¿Quiere eso decir que el SERMAS es una institución ilegal? ¿La Comunidad de Madrid incumple la Ley? ¿Madrid pertenece a otro país? Seguro que INGESA volverá a responder con otra verdad a medias, no tenemos ninguna duda, pero deberá elevar el nivel intelectual de sus añagazas, para que alguien les pueda creer, ya que son datos fácilmente comprobables en una sociedad donde cualquier ciudadano tiene acceso a internet.

También nos gustaría recordar que la alarma social no la crean los profesionales de prestigio que sacrifican tiempo, dinero y familia, en una lucha por salvar la sanidad de su tierra; la alarma social la producen aquellos gestores que por acción u omisión,  por desidia o por falta de competencia, por impericia o por temor, toleran que se degraden los servicios públicos a una velocidad que pone en riesgo su supervivencia.

El Sindicato Médico de Melilla, y ahora también el de Ceuta, piden cosas tan imposibles de conseguir como las siguientes: Que las plantillas estén ajustadas al volumen y área real de asistencia sanitaria, que los recursos técnicos estén ajustados al volumen y complejidad de la asistencia, que se sustituya a los profesionales en caso de baja laboral, permisos, vacaciones...Que se detenga la fuga de médicos, que si se fugan porque INGESA, desde 2002 no ha hecho absolutamente nada por fidelizarlos, no obliguen al que se queda a asumir el trabajo de ambos, porque entonces, no sólo estamos degradando la calidad, sino que estamos convirtiendo al médico en una especie en extinción en nuestras ciudades autónomas.

  1. Que exista una formación de calidad.
  2. Que sea posible realizar actividades de investigación de calidad.
  3. Que se pare la OPE, porque no fideliza médicos, sino que los expulsa.
  4. Que se busquen fórmulas de incentivación.
  5. Que la ministra de Sanidad, que se sienta todos los viernes en el Consejo de Ministros tenga la información, conocimiento y decisión para ejecutar las medidas a implementar, vía Parlamento, vía Consejo de Ministros o vía gestión pura y dura.

Evidentemente,pedir esto es de ser alarmistas e irresponsables; pedir que los usuarios ceutíes y melillenses tengan la misma atención que los peninsulares es de ser antipatriotas; pedir que los médicos ceutíes y melillenses tengan los mismos medios y cargas de trabajo que los peninsulares, es de ser catastrofistas.

¡Sean conscientes de lo que dicen, por favor!

Finalmente, a pesar de los desafortunadísimos comentarios de los mismos,  emplazamos a los gestores de INGESA en Ceuta al diálogo y a la colaboración; es nuestra obligación como actores sociales; pero, si nos permiten un consejo, les aconsejamos que la energía que han empleado en vituperar a este sindicato, la empleen en Madrid, donde realmente existen los mecanismos de solución; hasta ahora han hecho lo contrario, con el resultado que todos vemos; cambien de actitud, les irá muchos mejor a ustedes y, por supuesto, a los usuarios.