CEUTA, domicilio DEL 15% DE LOS YIHADISTAS DETENIDOS O MUERTOS desde 2013

El grupo de "Marquitos" y "Stifo": radiografía de una célula terrorista

Abdeselam Mohamed, alias “Marquitos”, e Ismael Abdellatif Al Lal, “alias Stifo”, lideraban el grupo terrorista que la denominada "Operación Cesto" permitió desarticular en junio de 2013 en Ceuta. El Instituto Elcano ha elaborado un informe sobre la actividad yihadista en España durante el último quinquenio en el que la célula de terroristas ceutíes ocupa un lugar protagonista. 

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photo_camera Detenidos en la "Operación Cesto" en junio de 2013 (C.A.)

La Audiencia Nacional condenó en octubre de 2015 a penas de entre 10 y 12 años de cárcel a los integrantes de una célula terrorista desarticulada apenas dos años atrás en Ceuta. La sentencia establecía que todos ellos, en conexión con los miembros de otra organización asentada en Marruecos, reclutaron y enviaron a los campos de batalla de Siria entre 2012 y 2013 a 29 voluntarios ceutíes y marroquíes que llegaban a aquel país en vuelos regulares tras pasar por Turquía. Al frente del grupo se encontraban Karim Abdeselam Mohamed, alias “Marquitos”, e Ismael Abdellatif Al Lal, “alias Stifo”, ambos condenados a las mayores penas.

Los yihadistas procesados constituían la célula que el 21 de junio de 2013 fue desactivada por la Policía en la denominada “Operación Cesto”. El informe del Real Instituto Elcano “Actividad yihadista en España, 2013-2017: de la Operación Cesto a los atentados en Cataluña” detalla las características y evolución de las organizaciones terroristas de inspiración yihadista a lo largo del último quinquenio desde la detención de los integrantes de la célula ceutí hasta los atentados en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de este año.

El documento, además de ofrecer un completo mapa del yihadismo en España, recoge algunas pinceladas del carácter y motivaciones de los individuos que han sido detenidos en Ceuta durante los últimos años en el marco de operaciones antiterroristas.

La Base de Datos Elcano sobre Yihadistas en España (BEDEYE) ha servido de referencia a los profesores Fernando Reinares y Carola García Calvo para la redacción de un documento que, como dato más relevante en lo concerniente a Ceuta, sitúa en la ciudad autónoma la residencia del 15% de los terroristas detenidos y fallecidos en España durante el último quinquenio. Sólo Barcelona, con un 24,3%, avecindaba a un mayor número de yihadistas.

Los miembros de la célula desarticulada en Ceuta en 2013 no respondían al perfil de fidelidades que Reinares y García Calvo adjudican a los yihadistas que han actuado en España durante el último lustro. Aunque el autodenominado Estado Islámico constituye la principal organización terrorista de referencia para las células, grupos y redes desarticuladas, en el caso del grupo de “Marquitos” y “Stifo” las lealtades y relaciones con las organizaciones terroristas variaron con el transcurso del tiempo. El envío de yihadistas tuvo en un principio como principal destinatario al Frente al-Nusra, finalmente acabaron por rendir lealtad al Estado Islámico, una organización en la que encontraban mayores garantías de éxito.

Ceuta también ha sido, junto con Melilla, un territorio en el que apenas si se ha dado la figura del “actor o lobo solitario”. En ambas ciudades autónomas sólo el 6,3% de los detenidos fueron individuos que se habían autoradicalizado y actuaban autónomamente.

La célula desarticulada gracias a la “Operación Cesto” también presenta una particularidad que la distingue de la mayoría de grupos desactivados por las fuerzas de seguridad del Estado. Según el estudio del Instituto Elcano, sólo el 3,8% de las vinculaciones entre yihadistas reflejan relaciones entre individuos enrolados en distintas células, grupos o redes terroristas. No era éste el caso de la célula de “Marquitos” y “Stifo”, cuyos miembros mantuvieron contactos con otro grupo radicado en Madrid y cuyos integrantes acabarían siendo detenidos en 2014. Los yihadistas madrileños se encargaron de enviar a Siria a dos voluntarios que habían sido radicalizados y reclutados por la célula ceutí.

Siete de cada diez de los yihadistas detenidos o muertos durante el último quinquenio en España pertenecían a células, grupos o redes de nueva formación. El grupo de Abdeselam Mohamed y  Abdellatif Al-Lal, sin embargo, partía de experiencias anteriores. El propio “Marquitos” y Abdelkrim Chaib Abelaziz  ya habían sido detenidos en 2006 por el mismo tipo de actividades delictivas, aunque finalmente fueron absueltos. Fue en 2012 cuando ambos se enrolan, en calidad de dirigente el primero y de asistente el segundo, en la célula que finalmente caería en el verano del siguiente año.

La gente de “Marquitos” y “Stifo” formaba parte del 27,7% de los yihadistas registrado en la base de datos de Elcano que se conducían con una voluntad manifiesta de cometer atentados. Los miembros de la célula hablaban sin rubor de la posibilidad de hacer la yihad en Ceuta si no fuese posible el traslado de combatientes a Siria.

El informe del Instituto Elcano también revela de los métodos de financiación a los que los grupos yihadistas recurrieron para sostener sus actividades delictivas. En el caso de Ceuta, Reinares y García Calvo hablan de donaciones o colectas organizadas en barrios como El Príncipe.

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