MARTES SANTO

El Encuentro burla el mal tiempo

La lluvia no consiguió frustrar el tradicional Encuentro que cada Martes Santo constituye uno de los momentos culminantes de la Semana Santa ceutí. La junta de gobierno de la Cofradía del Jesús Nazareno y la Sacratísima Virgen de la Esperanza decidió acortar el recorrido y adelantar las salidas de la imágenes con el propósito de evitar que la lluvia frustrara el desfile procesional. 

La salida de las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Esperanza ofrece otra perspectiva desde el interior de la iglesia de África. Nazarenos, costaleros y miembros de la cofradía intercambian confidencias, ríen y se toman fotografías de grupo. Sobre todos ellos se levanta una nube intoxicante producida por la combustión del incienso.

A las ocho de la tarde, de improviso, una voz impone silencio a los reunidos. Los costaleros se intercambian consignas y el paso del Cristo comienza a moverse en dirección a la salida del templo.

Fuera la cosa es distinta. Un viento frío que parece presagiar lluvia saluda a la imagen. La junta de gobierno de la hermandad ha decidido recortar el itinerario para evitar que un aguacero frustre el desfile procesional. Según sus informaciones, no lloverá hasta pasadas las once de la noche.

Flanqueando la puerta, un grupo de personas se dispone a configurar la comitiva que acompañará a la imagen a lo largo de todo el recorrido. Una de ellas se cubre los ojos con una venda negra. Mientras se ordenan tras el paso, comienza a sonar, por primera vez esta noche, el inquietante himno de la Legión.

Los pasos del Cristo y la Virgen toman entonces direcciones opuestas en una maniobra premeditada que les llevará, minutos más tarde, a encontrarse frente a las puertas del Palacio de la Asamblea. Ese encuentro, que otorga su nombre popular a la cofradía, es el momento más esperado por los miles de personas que se concentran en el entorno de la Plaza de África.

Los costaleros mueven los tronos de modo que simulan un baile con el que se pretende recrear la fascinación del reencuentro entre dos de las figuras principales de la religión católica: la Virgen y su hijo.

Esta cita, aclamada por la multitud, queda subrayada por una nueva interpretación del himno de la Legión a cargo de los soldados del tercio Duque de Alba. Los militares forman marciales en señal de respeto frente a los dos pasos.

Con el final del himno se suspende el cara a cara entre los dos tronos. El Cristo enfila Gran Vía. Los dos pasos recorren ahora la avenida para girar por Victori Gonyalons y, tomando Jáudenes, volver al templo.

El Encuentro ha logrado eludir la lluvia.

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