NO SON CONSIDERADAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Cuando tu asesino es una mujer

María Victoria y Pilar han sido asesinadas por quienes un día les dijeron te quiero. Por María Victoria se guardó un minuto de silencio y de Pilar las instituciones ni se acordaron. ¿Por qué?

Joana Manuel, left, and Raquel Freire, a lesbian couple, kiss outside the Portuguese parliament, Friday, Jan. 8 2010, in Lisbon after lawmakers passed a bill allowing gay marriage.
photo_camera Los asesinatos de homosexuales a manos de sus parejas no entran en las estadísticas de violencia de género / INTERNET

La diferencia entre María Victoria y Pilar reside en el nombre de su asesino. Isaac en el primer caso y Ana María en el segundo. Los motivos por las que las mataron seguramente sean los mismos: celos, obsesión, amor mal entendido o “conmigo o sin mí” pero las penas que les impondrán serán  diferentes. La pena por lesiones hacia una mujer heterosexual va de 6 meses a un año mientras que si se trata de parejas homosexuales, estas van de 3 a 12 meses. La muerte de María Victoria está considerada violencia de género por ser perpetrada por un hombres y la de Pilar, violencia doméstica. En este sentido la presidenta de la asociación Búscome, Sandra López, ha querido hacer una clara diferenciación ya que la violencia de género "la ejercen los hombres sobre la mujer por el simple hecho de ser mujer, no por haberse enfadado o haber discutido", matiza.

La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género en su artículo primero es clara al reflejar que tiene por objeto “actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.

Los colectivos de LGTB denuncian que las víctimas de este tipo de maltrato están desprotegidas, ya que sufren situaciones de violencia similares a las mujeres agredidas por sus parejas, pero no existe una ley integral de violencia de género que fije los protocolos y la asistencia en estos casos. Además, denuncian que no se tramitan con la misma rapidez las medidas de protección previstas en la ley a las parejas del mismo sexo que en los casos de violencia de género, cuyas víctimas tienen derecho a justicia gratuita y a los servicios de asistencia de la Oficina de Atención a Víctimas.

 

Una ley específica "sin similitudes"

Por todo esto y a raíz del asesinato de Pilar a manos de su pareja Ana María, el Observatorio Español contra la LGBTfobia ha pedido una ley estatal específica para abordar las agresiones entre parejas de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales y la aprobación de protolocos de actuación policiales y sanitarios para atender a estas víctimas. Asimismo, ponen sobre la mesa una necesidad urgente, que llevan años demandando al Ministerio del Interior: la recopilación de estadísticas de todas las intervenciones policiales de violencia entre parejas para que la violencia entre parejas de gays y lesbianas deje de ser "invisible" y "de segunda categoría".

En este sentido, el activista LGTB de Ceuta, Pablo Núñez, considera necesario poner en marcha una legislación específica pero “no incluirla dentro de la violencia de género como tampoco se incluye la violencia que ejercen algunas mujeres sobre sus maridos”. Núñez recuerda que la violencia de género es un tema “íntimamente ligado al machismo y al sometimiento del hombre a su mujer” y que a partir de ahí es “conveniente y necesario” que haya mecanismos de protección porque “a pesar de existir una ley siguen muriendo mujeres”. Por su parte, la presidenta de la asociación ceutí Búscome, Sandra López, no considera que sea necesario en tanto en cuanto ya existe una legislación en el ámbito de la violencia familiar y por tanto, tiene sus consecuencias legales.

Para Nuñez, el fenómeno LGTB ahora es “relativamente” visible y lo mismo ocurre con la violencia entre parejas del colectivo. “No podemos comparar ambos casos porque el número de muertes en LGTB es infinitamente inferior al de parejas heterosexuales pero si es necesaria una legislación, diferente y sin similitudes”.

“Los minutos de silencio son lo de menos ya que no ponen soluciones”. Así de rotundo se muestra Nuñez al preguntarlo por su opinión sobre la ausencia del institucional minuto de silencio que se guarda cuando una mujer es víctima de violencia de género. “Es un gesto que se agradece y muestra respeto y solidaridad pero nada más”, concluye. En este sentido López también coincide en señalar que de nada sirve un minuto de silencio. "Las mujeres quieren más acción e inversión para acabar con esta lacra y no minutos de silencio", comenta al tiempo que entiende que en la ciudad no se haya realizado este acto simbólico tras la muerte de Pilar porque se acordó condenar las muertes de mujeres víctimas de violencia de género. Aun así ambos coinciden en que es "algo nuevo que hay que estudiar, analizar y tener en cuenta".

Realidad invisible y tabú

"La violencia doméstica o intragénero en parejas homosexuales es una realidad invisible y un gran tabú que sufren en silencio muchos gays y lesbianas en nuestro país, y que generalmente no se denuncia y no se contabiliza", subraya el colectivo, que explica que estudios realizados en EEUU, Canadá o Australia establecen que las tasas de violencia en hogares gay-lésbicos son comparables o incluso superiores a los hogares heterosexuales. Según un estudio de la Universidad Northwestern de Chicago, publicado en septiembre de 2014, entre un 25 y un 75% de las parejas homosexuales son víctimas de violencia doméstica. Según un estudio del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) contestado por más de 900 personas LGTB, un 30% de las personas homosexuales reconoce haber ejercido violencia hacia sus parejas del mismo sexo y el 60 por ciento conoce a alguien que ha sufrido violencia, en su mayoría psicológica, aunque no hay datos oficiales, ni estadísticas.

Toda esta situación ha llevado a la confederación a pedir un 016, el teléfono de atención a las víctimas de violencia machista, para homosexuales. Mientras tanto, van a poner en marcha una campaña para visibilizar y sensibilizar a través de las redes sociales bajo el lema Hay amores que matan.