RAFAEL CORRAL CELEBRA QUE LA CONVIVENCIA NO SE HAYA VISTO AFECTADA

El presidente de la Casa de Ceuta en Barcelona, respecto a Cataluña: "Ha de haber una negociación"

Constitucionalista convencido, Rafael Corral, presidente de la Casa de Ceuta en Barcelona, asiste como otros millones de ciudadanos catalanes a la deriva de la crisis institucional en Cataluña. "Aquí ha de haber una negociación por narices, por parte de quien sea, pero hay que darle un cambio a lo que sea", reclama el ceutí.

RAFAEL CORRAL CASA CEUTA BARCELONA
photo_camera El presidente de la Casa de Ceuta en Barcelona, Rafael Corral (CASA CEUTA BARCELONA)

“La vida sigue siendo muy normal aquí”, explica el presidente de la Casa de Ceuta en la Ciudad Condal, Rafael Corral. El ceutí, residente en Barcelona desde mediados de los 70, asiste, como todos los catalanes y españoles en estos días, a la deriva de la crisis institucional más grave que ha conocido España en su etapa democrática.

“Parece más desde fuera”, tranquiliza Corral. Los incidentes de las últimas horas generan una inquietud que el presidente de la Casa de Ceuta reconoce, aunque advierte de que la vida cotidiana, la convivencia, todavía no se ha resentido. “Anoche hubo más movimiento, más gente en la calle aquí en Barcelona, pero la vida en los barrios sigue siendo la misma”, explica. Los lugares más emblemáticos tales como la Plaza de Cataluña o la de San Jaume o los ayuntamientos son los escenarios de las protestas que, sin embargo, no empañan el día a día en las calles.

Corral insiste en que la incertidumbre es, a día de hoy, la principal causa de zozobra de los residentes en la ciudad. Nadie sabe a ciencia cierta qué sucederá tras el 1 de octubre, fecha que la Generalitat ha fijado para el referéndum. “"Aquí ha de haber una negociación por narices, por parte de quien sea, pero hay que darle un cambio a lo que sea"”, defiende el ceutí.

Como otros miembros de la Casa de Ceuta, Corral acudirá el próximo 12 de octubre a los actos programados con motivo del día de la Fiesta Nacional. El presidente no teme problemas e insiste en que, pese a las diferencias, todavía no existe un conflicto abierto entre los ciudadanos. “Lo que sí es cierto es que si tienes que hablar con alguien que piensa distinto en esto y prevés que puede haber problemas, pues no hablas del tema”, afirma.