juicio contra seis PRESUNTOS yihadistas ceutíes

Un policía relata ante el tribunal las dificultades para controlar a la célula en El Príncipe

La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional ha reanudado este jueves la vista que se sigue contra los hermanos Farid, Yunes y Mohamed Mohamed Al-Lal, los también hermanos Anuar y Reduan Ali Amzal y Abdel Lah Ahmed. Un responsable policial ha revelado que uno de los procesados confesó a otro que sentía deseos de "ir al paraíso".

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photo_camera Agentes de la Policía Nacional conducen a uno de los detenidos, en una imagen tomada en el momento de su arresto en marzo de 2015/ POLICÍA NACIONAL

Las dificultades que los investigadores encontraron para controlar los movimientos en El Príncipe del grupo de yihadistas ceutíes desarticulado a comienzos de 2015 gracias a la llamada “Operación Chacal” han constituido el argumento principal de la declaración prestada por un responsable policial en el transcurso del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional.

El testigo ha detallado las medidas de seguridad que adoptaban los seis integrantes del grupo que apenas abandonaban la populosa barriada ceutí.

La Sección Cuarta de lo Penal ha reanudado este jueves la vista que se sigue contra los hermanos Farid, Yunes y Mohamed Mohamed Al-Lal, los también hermanos Anuar y Reduan Ali Amzal y Abdel Lah Ahmed. Durante la sesión han prestado declaración una docena de los agentes que tomaron parte en la operación policial.

El policía ha recordado que en una de las intervenciones telefónicas practicadas durante la operación uno de los procesados confesó a su interlocutor que sentía deseos de ir al paraíso. Según ha explicado el compareciente, los agentes se llegaron a incautar de fotografías en las que aparecían menores de edad, familiares de los detenidos, portando armas y banderas del Daesh.

El testigo ha relatado que entre las imágenes encontradas en los ordenadores de los detenidos se encuentran fotos en las que figuran menores familiares de los acusados empuñando armas y con banderas del Estado Islámico. El responsable policial ha compartido sus sospechas de que los procesados ocultaron algunas armas que no han sido encontradas y cuya existencia consta a los investigadores porque se han intervenido fotos en las que aquéllos aparecen portándolas.

Uno de los testimonios que se han oído hoy en la sala ha dado cuenta de la actitud mostrada por uno de los arrestados durante su detención, quien llegó a escribir en una de las paredes del calabozo en el que fue confinado la leyenda: “Terrorismo, Dios es grande”.