Opinión

Votaré a Susana, al PSOE

Creo que son muchas las veces las que me habéis escuchado decir que voy a votar este domingo a Susana Díaz, pero nunca os he dicho de una manera muy directa los motivos que me han llevado a vivir estas primarias con pasión, pero con la razón de saber que ese sobre con su nombre lleva el orgullo de un partido capaz de levantarse siempre, sobre todo cuando creen en él y en cada decisión que se toma de manera colectiva. 

Y no, nadie daña unas siglas cuando se contradice a un líder, se daña cuando se cree que el líder siempre tiene la razón o cuando no se respeta a la democracia representativa. 

Yo fui una de las que le dijo que no a Pedro Sánchez el 1 de octubre y una de las que me sentí traicionada por su deseo exclusivo de asegurarse cuatro años más al frente del partido, convocando un Congreso Exprés, antes que afrontar la dura situación por la que estábamos atravesando como partido y como país. A Pedro no le importó que sacáramos los peores resultados de la historia, ni le importó la agonía a la que estaban sometidas muchas personas con un Parlamento paralizado sin poder dar soluciones, tampoco le importó lo que pensaba su ejecutiva o el resto de los socialistas. A Pedro le importaba el control, un control que luego se ha convertido en el rehén de la militancia. Yo me siento enormemente dolida cuando observo que un candidato que aspira a llevar la Secretaria General afirma que no soy de izquierdas por apoyar en ese Comité Federal la abstención. ¿Con qué autoridad moral va luego a pedirme que confíe en él si ha contribuido a que haya compañeros y compañeras que me acusan de golpista y dimisionaria? 

No, Pedro, así no, así no porque tú y yo sabemos qué pasó de verdad y qué es lo que  ocultas a quienes pides el voto. Pero la diferencia entre tú y yo es que pase lo que pase el 21 yo seguiré siendo del PSOE, como lo fui cuando se modificó el artículo 135 o cuando perdió Madina o Chacón, mis grandes apuestas. Y lo seguiré siendo porque yo no he usado esta campaña para confundir ni desacreditar 138 años de historia dividiendo al partido o buscando convergencias con quienes nos quieren destruir. 

Por eso la quiero a ella. Pero no sólo por eso. La quiero por su humildad. Ella es una ganadora de fuertes convicciones, una líder nata que arrasa por donde pasa por su seguridad y lucidez. Pero es que además es la única capaz de coger el teléfono a las once y media de la noche después de un acto y llamarte expresamente  para decirte que no se olvida de Ceuta. La única que es capaz de soportar la presión sin perder la ilusión y las ganas de sacar al PSOE de un pozo que ha tocado fondo . La única que ha preferido arriesgar todo a cambio de intentar ampliar la oportunidad de cambiar la vida de la gente, más allá del Sur. La única que no ha olvidado de donde viene y la única coherente, sincera, realista  y clara. 

Dicen que el clavo que sobresale siempre recibe un martillazo, por algo será entonces los ataques hacia ella.