Opinión

La Segunda Ley de Newton

Desde el punto de la física supondría que la sumatoria de todas las fuerzas es igual a la masa, es decir la cantidad de carga, multiplicada por la aceleración del movimiento que debe producirse (si dicho movimiento no es constante, cada paso será un suplicio para la persona que lo realiza).

Imagínese de un hombre que ronde los cincuenta años. Dicho señor para subsistir precisa de transportar una mercancía del tipo X pero con un peso de n (no inferior a los 45 kilogramos de peso). Imagínese que dicho hombre, además para subsistir debe recorrer al menos una distancia de, tres kilómetros. Desde el punto de la física supondría que la sumatoria de todas las fuerzas es igual a la masa, es decir la cantidad de carga, multiplicada por la aceleración del movimiento que debe producirse (si dicho movimiento no es constante, cada paso será un suplicio para la persona que lo realiza).

Ahora imagínese que dicho señor realiza dicho trabajo por menos de cinco euros...

Pues bien, en nuestra ciudad, ocurre a diario. Y no, no son hombres (genéricamente más dotados para el uso de la fuerza) las que suelen carga rcon dicho peso, son mujeres, y por desgracia, lo hacen mujeres,de avanzada edad.

Tanto Ud. como yo, lamentamos las bajas tasas de desempleo, en especial la juvenil (que en nuestra ciudad ronda la Champions League europea), la precarización del empleo o la explotación que sufren personas, que a pesar de tener recursos económicos para continuar su formación o contar ya con un curriculum vitae que denote experiencia y sapiencia, no encuentran un empleo acorde a los estudios que han desarrollado.

Pero le recuerdo que tanto Ud. como yo somos personas. Eso nos hace cómplices de un silencio cobarde a la hora de abordad el denigrante trato que reciben mujeres que para llevar su casa o su familia adelante deben trabajar como mulas de carga.

Marruecos es un país en desarrollo, si fuesemos muy considerados con el país vecino, en el que su rey no atiende a la pobreza pero... ¿qué hacemos nosotros los españoles y españolas ante tal sufrimiento? ¿no puede ser considerada como una nueva forma de esclavitud? ¿no sirve nuestro silencio de cómplice a la hora de difuminar dicha problemática?

Una vez escuché a una persona decir que abordar dicha situación sería de “gilipollas”. Y yo, desde aquí, le respondo que no hacerlo sería de ser insolidarios y actuar como hacen los que excluyen como lo hace la derecha más rancia.

Hay muchas formas de mantenerse aséptico con la solidaridad, sólo le pido que se dé una vuelta por el Tarajal, observe la situación y analice lo que sucede. No le pido que le ponga cara a esas mujeres, ni siquiera imagine que dicho trabajo lo realiza una de sus familiares, simplemente, observe y analice.

Y, sí, tal vez, yo sea gilipollas, como dijo aquel señor. Pero lo que pasa me duele. Tal vez a ese señor no le importe, pero que se lo haga ver porque yo, aún gilipollas, mantengo intacta mi condición de ser humano.