Opinión

Welcome to the jungle

Se prevé una legislatura de mucho rock duro tras la celebración de dos elecciones y el esperpento sufrido a lo largo de gran parte de 2016. El abanico parlamentario se encuentra lo suficientemente fraccionado para no contentar a nadie, ni siquiera a los que conforman parte del propio Parlamento, pues, la percepción que hasta ahora se tenía de hacer política ha desembocado en la necesidad de dialogar y fundar alianzas puntuales. Situación agravada debido a la ausencia de liderazgos y variedad de opiniones que se suceden en los grandes partidos.

Se prevé una legislatura de mucho rock duro tras la celebración de dos elecciones y el esperpento sufrido a lo largo de gran parte de 2016. El abanico parlamentario se encuentra lo suficientemente fraccionado para no contentar a nadie, ni siquiera a los que conforman parte del propio Parlamento, pues, la percepción que hasta ahora se tenía de hacer política ha desembocado en la necesidad de dialogar y fundar alianzas puntuales. Situación agravada debido a la ausencia de liderazgos y variedad de opiniones que se suceden en los grandes partidos.

Mientras Aznar sentó cátedra poniendo de nuevo de manifiesto que es demasiado “facha” para mantenerse en el cargo de presidente de Honor del Partido Popular. No es la primera vez que lo hace, ya ha encabezado voces a las voces críticas que tildaban al propio presidente del Gobierno como un pusilánime que no ha acometido reformas estructurales, desde el punto de vista neoliberal, ya que para el expresidente el ataque al estado de bienestar acometido por Rajoy se queda muy corto.

De momento, en el PP todos han cerrado filas con el actual presidente del Gobierno debido en parte porque éste último ostenta una posición privilegiada, dadas las circunstancias. Sin embargo, se avecina el peligro de la escisión con el nacimiento de un nuevo partido aún más escorado a la derecha y que vuelva a recoger las voluntades de sectores de extremos, al igual que está ocurriendo en otros lugares de Europa, o personas que hasta ahora los han apoyado al propio PP.

Podemos, en su caso, ha decidido celebrar la navidad haciendo uso del “o conmigo o contra mí”, con una campaña de destierro a todas las tesis errejonistas basadas en presentar un debate de ideas alejado del debate de las caras. Al igual que otros la cúpula de la formación morada se equivoca al plantear una voz única, en detrimento de la pluralidad de un partido que aún no ha determinado su propio modo de organización.

Maquiavelo sostenía que la traición política es el único acto entre hombres que no necesita de justificación, debe pensar así Iglesias que mantiene, en palabras textuales, que "Si llegamos a Vista Alegre como una confluencia de corrientes, saldremos debilitados" lo que supondría erradicar lo propuesto por, prácticamente, la mitad de su formación. Mientras que, lanzan, elhanstagcon el título #ÍñigoAsíNo rechazando alnúmero dos de la formación, no hace sino empeorar la situación. Todo este machaque ocurre, para más inri, después de que Errejón lamentara la destitución de su cargo de personal de su confianza.

Entre tanto, en el Partido Socialista, se sugiere por una parte la necesidad de convocar un Congreso Extraordinario con la mayor brevedad posible para poner cara a un determinado líder. Sin embargo, aun siendo un elemento necesario, considero que debería ir acompañado de un debate a modo de refundación para que afloren esas ideas que, como partido, desde el sosiego y el debate interno, ha venido impulsado con todas las políticas sociales que desde la transición hasta nuestros días han podido recibir los españoles y las españolas. En este caso, por tanto, conviene no tomar decisiones a la ligera pues las mismas nunca resultan buenas para los intereses del propio partido, hecho que ha quedado demostrado tanto a nivel Regional o  a nivel Federal de manera reciente.

El poder no está para ostentarse, sino para ejercerse, por eso mismo, el Grupo Parlamentario Socialista acierta haciendo uso de su peso en la Cámara trasladando a modo de PNL las necesidades de la gente o derribando lo que, a golpe de Decreto, ha impuesto el Partido Popular los últimos cuatro años. Son ejemplo de ello la paralización de la Ley Wert, imponer la subida de Salario Mínimo Interprofesional, derogar la Ley Mordaza, proponer que el Gobierno ponga en marcha cuanto antes el cobro de sus Cláusulas Suelo, conseguir la aprobación de un Ingreso Mínimo Vital para los hogares sin ingresos, poner los cimientos un Pacto contra la Violencia Machista o desmontar la Reforma Laboral es la mejor manera de imponer la ley del más fuerte en la jungla que han hecho unos y otros del Congreso de los Diputados.

En definitiva, dificultades pueden presentarse en todos lados pero, para hacerles frente, existe la necesidad de abrir espacios de reflexión desde los propios partidos, romper con el “ordeno y mando” ya establecido, “voces únicas” que confunden la autoridad con el autoritarismo, alejarse del postureo, personalismos y, sobre todo, determinar líneas de actuación relativas a las necesidades de las personas que conforman este país, o lo que es lo mismo, el verdadero motivo por el cual participar de la actividad política. Una serie de acciones que no deben acometerse desde un determinado plató de televisión o mediante las redes sociales sino desde el Parlamento.

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