Opinión

Bizarría y valor

El pasado mes se celebró, una vez más, un Viernes Regular en el Acuartelamiento González Tablas, donde se estrenaba el nuevo coronel del Grupo Regulares de Ceuta número 54, Antonio Varo Gutiérrez.
Esta vez no llevaba éste que escribe ni el tarbuch ni el traje con la corbata. Simplemente iba vestido para inmortalizar cosas de esta tierra que guardan esos 104 años de historia.

El pasado mes se celebró, una vez más, un Viernes Regular en el Acuartelamiento González Tablas, donde se estrenaba el nuevo coronel del Grupo Regulares de Ceuta número 54, Antonio Varo Gutiérrez.
Esta vez no llevaba éste que escribe ni el tarbuch ni el traje con la corbata. Simplemente iba vestido para inmortalizar cosas de esta tierra que guardan esos 104 años de historia. Con un sol que capeaba el viento de poniente formaban en el acto: una escuadra de gastadores del Grupo Regulares, el mando de la línea y la plana mayor del Grupo junto con la nuba, que es la banda de guerra de los Regulares.
No faltaba la unidad de música de Batallón de Cuartel General, una escuadra de gastadores del Tabor Tetuan I/54, el mando del Tabor y las cinco compañías que lo componen. 
Con la solemnidad que se merece se narraron los hechos heroicos con la marcha de Tannhauser: La Concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al cabo Mariano Fernández Cendejas por los combates del Biutz, Aint- Yir y Hafa El Hamra en 1916. 
Al pie de la colina, los rebeldes reciben a los Regulares con un intenso fuego que provoca numerosas bajas, entre ellas las del capitán y la del oficial al mando de la sección de vanguardia, a la que pertenece el cabo Fernández Cendejas, quien, ante el titubeo de los hombres y la presión del enemigo, toma el mando de la sección, consigue rehacerla y continuar el asalto, es herido, sucesivamente, en las dos manos, en la pierna y en el vientre, no consiente que se le retire de la línea de combate, encabezando en todo momento el asalto, lo que enardece a sus hombres y les infunde un extraordinario valor. Agotado y sin fuerzas, cae definitivamente, muriendo dos días después en el hospital militar de Ceuta a consecuencia de las heridas recibidas.
Por la acción realizada se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando el 3 de diciembre de 1917 a título póstumo. Los soldados de Regulares, los que ostentan el empleo de cabo, son clave para el funcionamiento de una unidad militar, ya sea en operaciones o en la vida cuartelera.
Es el recuerdo a este día para el cabo Don Mariano Fernández Cendejas. Los héroes siguen presentes, no mueren en nuestra memoria. Es el premio a su sublime entrega por la patria. Que todos lo tengamos en nuestro corazón cuando suenen los acordes de los que dieron su vida por España.
El combate hoy en día es un combate disperso donde los empleos más bajos cobran mucha importancia. Por ello, os pido a todos desde soldados a oficiales, que estéis preparados para cuando la patria nos llame y tengamos que demostrar lo que se nos supone: bizarría y valor.
No podemos traicionar la memoria de aquellos que elevaron el prestigio de este Grupo hasta llegar a ser admirado por el resto del ejércio y temido por sus enemigos. Es un deber de gratitud hacia aquellos que tiñeron con su sangre el rojo de nuestro Tarbuch.
El poder inmortalizar sentir y vivir las vicisitudes y actividades que se desarrollan en el acto del Viernes Regular desde otro prisma hace que éste que escribe pueda vislumbrar el sentir Regular. He vivido de todo con cada momento emotivo y quizá difícil de igualar por otras unidades que esta tierra ha ido pariendo. Pero poder ver cómo se recogía y custodiaba la enseña nacional por la parte trasera del acuartelamiento bajo los acordes del himno nacional con esa majestuosidad que merece la bandera más laureada del ejército español.
Las lágrimas las puse yo, mi corazón latía a mil y el delirio y el amor a España la pusieron ellos con su cadencia de noventa pasos por minuto. Es Ceuta la que guarda estas historias con amor.
Y ahora con las palabras de vuestro corazón y recordando a todos aquellos que entregaron generosamente su vida, gritad conmigo, ¡Viva España! ¡Viva el rey! , ¡Vivan los regulares!