Opinión

Los antisistemas

Desde hace algún tiempo… (¡Sinceramente… antes no les prestaba apenas atención, creo que tenía cosas más importantes que hacer y pensar!), me he fijado en los grupos antisistemas, creo que ante el eco mediático que están consiguiendo no queda más remedio que dedicarles algún pensamiento de reflexión, por fugaz que éste sea. Porque no nos engañemos, estos grupos están creciendo como champiñones a la sombra de nuestra sociedad. Y no me refiero tan solo a los infartados, encapsulados y anacrónicos antisistemas catalanes, quemadores públicos de papeles que simbolicen cualquier cosa que represente al estado actual y luego protestan porque se les aplica la ley.

Mi intención es la de referirme a todos aquellos amantes de cualquier acto  de rebeldía que quebrante los usos y leyes de la sociedad que han recibido y que les han permitido crecer. ¡Y si nuestra sociedad sobrevive, es porque es una sociedad con normas, impuestas y respetadas por la mayoría! Mas estos minúsculos grupos sociales, de ideología simplista, solo buscan demostrar su desprecio públicamente, permitiéndose el lujo de hacer lo que les da la gana. Y actualmente, basándose en la incomunicación existente entre el país real y sus clases dirigentes, no solo los tenemos en las calles, sino hasta en los mismos congresos nacionales y autonómicos.

Sera por ello que se autodefinen como “Antisistemas”. Palabra con la que englobamos a todos esos grupos beligerantes que hostilizan a una sociedad considerándola vieja, mientras no saben cómo edificar la nueva. Consecuentemente, solo se subordinan a una dependencia de confrontación absoluta a todo lo que existe. Son pequeños histriones callejeros, que salvo la anarquía son incapaces de plasmar ninguna nueva idea de sociedad. Ósea, creo que quieren saber lo que no quieren, intentando destruir todo a cualquier precio, pero…¡Ignoran que es lo que quieren y como conseguirlo o al menos estructurar sus ideas de sociedad!. ¡Olvidan que toda transformación depende a fin de cuentas de las ideas! Y… ¡Ellos muestran continuamente que carecen de pensamientos políticos coherentes y de programas realistas!

Así, en su interpretación pseudocolectivista obran de forma difusa, limitándose a oponerse a cualquier iniciativa de los demás. ¡Olvidan que todo cambio se basa en el compromiso dinámico entre la sociedad y las ideas aceptables en un determinado momento histórico! Porque mientras ellos actúan individualmente o en minoritarios grupos mostrando simplemente una absurda rebeldía contra el compromiso de la esencial dualidad que debe existir en cualquier proceso social. ¡Desconocen que la vida social es convivencia que es la ley básica del desarrollo histórico de la humanidad  y que nos ha llevado a la democracia.

Porque nuestra sociedad actual no es obra de nadie sino algo que nos hemos labrado nosotros y que es nuestra realidad. Y quizás sea por ello que obvio a esos grupos de combate, porque nuestra sociedad no es un tiempo de viejos que deban ser sustituidos, al menos por estos nuevos iluminados beligerantes sino por jóvenes con iniciativa y con ideas constructivas.

Lógicamente, mi opinión sobre sus actividades es francamente de absoluto menosprecio, esperando que al final solo quede de ellos un polvo de cenizas como sucede con la madera seca y quemada, que solo sirvió para calentar un pequeño rato. Por ello y…después de esta pequeña reflexión, sigo considerando el tiempo que dedico a ellos como una teratología, es decir…estudio de la anomalía y malformación de grupos sociales en origen embrionario, que solo dan vida a  extraños monstruos y a los  que la historia deja con su paso en el olvido. Por ello, mis pensamientos irán a… ¡Otra cosa mariposa! Que seguro que será más interesante.