Opinión

A la desesperada

Las últimas actuaciones del candidato socialista a la presidencia del Gobierno por el partido socialista, Pedro Sánchez,  demuestran que actua a la desesperada, de manera irresponsable, desde la incoherencia, sin sentido de Estado. Cómo catalogar a quien tan solo 24 horas después de que el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, diera por finiquitadas las negociaciones con Podemos, su jefe de filas lo desautorizará y lanzara una nueva oferta  a Pablo Iglesias, de quien el mismo portavoz socialista afirmara que no era de fiar.

Las últimas actuaciones del candidato socialista a la presidencia del Gobierno por el partido socialista, Pedro Sánchez,  demuestran que actua a la desesperada, de manera irresponsable, desde la incoherencia, sin sentido de Estado. Cómo catalogar a quien tan solo 24 horas después de que el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, diera por finiquitadas las negociaciones con Podemos, su jefe de filas lo desautorizará y lanzara una nueva oferta  a Pablo Iglesias, de quien el mismo portavoz socialista afirmara que no era de fiar. Una demostración más de que continua empeñado en ser investido cueste lo que cueste, y para ello implora nuevamente el apoyo de una formación radical y financiada por el chavismo y por la teocracia iraní.

Una vez más, el lider socialista continua ignorando los golpes que le ha endosado Pablo Iglesias y es incapaz de abrir la puerta a la propuesta de gran coalición que, desde el mismo domingo día 20 de diciembre, le viene ofreciendo el Partido Popular. Una oferta avalada por más de dieciseís millones de españoles y españolas que otorgaron su confianza a las tres grandes fuerzas constitucionalistas: Partido Popular, PSOE y Ciudadanos. Una coalición constitucionalista de quienes creen en un proyecto común sustentado por el documento que mayor estabilidad ha aportado a este país a lo largo de su historia, la Constitución Española de 1978, un documento avalado por el 87,88% de la ciudadanía.

España necesita líderes responsables, coherentes con la realidad de un país que necesita  de la complicidad de sus líderes políticos al objeto de consolidar las mejoras alcanzadas en los últimos años,  aunque esto signifique reconocer lo que algunos niegan. Es momento de apartar vanidades personales, es momento de adoptar acuerdos consensuados, es el momento de la unidad tal y como sucede en otros paises europeos,  en los que la socialdemocracia no se asocia con extremistas manteniendo un sentido de Estado compatible con la formación de gobiernos moderados en coalición con las grandes fuerzas de centro derecha. Aún estamos a tiempo de alcanzar un acuerdo que transmita confianza a la ciudadanía, a nuestros socios y a los principales inversores.