Opinión

Las empresas municipales

Todos sabemos, y si no lo saben se lo digo yo, que las sociedades municipalizadas, desde sus comienzos, han sido siempre un nido de clientelismo político. Eso es algo incuestionable y de eso sabe bastante el Partido Popular, pues de ellas se ha valido para meter a dedo a la mayoría de los componentes que figuran en esas plantillas.

Juan Redondo
photo_camera Juan Redondo

Todos sabemos, y si no lo saben se lo digo yo, que las sociedades municipalizadas, desde sus comienzos, han sido siempre un nido de clientelismo político. Eso es algo incuestionable y de eso sabe bastante el Partido Popular, pues de ellas se ha valido para meter a dedo a la mayoría de los componentes que figuran en esas plantillas, aplicando la máxima aquella de "nunca muerdas la mano del que te da de comer". Muchos, por no decir todos, han seguido al pie de la letra esta recomendación. Ahora bien, siguiendo con el refranero -"donde fueres haz lo que vieres"- cómo no, algunos grupos de la oposición han copiado a pies juntillas y en su beneficio este dudoso sistema clientelar con resultados nada desdeñables.

Llegados a este punto podemos decir que, a la hora de las elecciones, de lo que menos podemos hablar es de "fair play", sino más bien de todo lo contrario, pues es evidente que algunos de los competidores llegan ciertamente dopados por tales prácticas a la línea de salida y, claro, eso se nota bastante al llegar a la meta.

Sin duda la gran mayoría de esos “estómagos agradecidos" se ponen al servicio del partido que les ha facilitado ese puesto, por supuesto sin participar en ninguna oposición o proceso selectivo previo. Ahí se juegan muchos votos. Solo basta con observar las plantillas que componen esas empresas municipales, caso de Amgevicesa, Obimasa, Obimace, Procesa, Servicios Tributarios o Parque del Mediterráneo y otras como las Brigadas Verdes que, aun no siendo empresa municipalizada, tiene un convenio con la Ciudad de cerca de 3.600.000 euros y cuya plantilla la tiene prácticamente acaparada un único partido de la oposición.

Esta es la realidad de lo que está ocurriendo. De hecho ahora aparece en escena una empresa como TRAGSA. Algunos se preguntarán, ¿a qué viene ahora introducir una empresa nueva? Pues muy sencillo. Se ve a legua que el partido en el gobierno se ha percatado de que se le ha ido de las manos el control de las empresas existentes y trata de corregir esto. Es ahí cuando parte de la oposición se pone nerviosa al ver que ya no puede meter mano en las contrataciones del personal y piden explicaciones. ¿Por qué no lo han pedido en el caso de la Brigadas Verdes? En este asunto es cuando se le ve a todos estos pájaros y pájaras el plumero.

Y esto solo en lo que respecta a las empresas municipales. Si nos vamos al plan de empleo más de lo mismo. Peor aún, directamente de juzgado de guardia. Solo basta con echar un vistazo a las listas publicadas para darse cuenta de la absoluta manipulación que se ha originado. De hecho es tan evidente lo que expongo que para mitigar la desvergüenza que ha presidido todo este asunto han tratado de poner en primer lugar para hacerlo más visible a los que tienen DNI, situando a continuación a los que tienen tarjetas de residente, para, acto seguido, meter a saco a todos aquellos que, sin haber cotizado nada, participan de este pastel de más de once millones de euros. Vamos, una vergüenza comprobar cómo, sin tapujos, manipulan a la opinión pública con el dinero de todos.