1. Presentarte muy desarreglado
No importa si estás aplicando para trabajar en una gran empresa o una pequeña oficina con otros tres trabajadores de más de 20 años. Cuando llegues para una entrevista, se espera que te veas profesional, independientemente de lo casual que te parezca el ambiente de trabajo en el que pretendes incorporarte.
2. No hacer una investigación
Aunque no necesariamente tienes que memorizar las páginas de estadísticas, leer sobre la empresa o la industria a la cual estás aplicando no te haría daño. Con el advenimiento de Google, no hay realmente ninguna excusa para no descubrir alguna información básica que te ayude a estar bien informado. Mostrar que no estás preparado para una entrevista envía equivocado.
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