HADú, EN LOS LíMITES DE LA CEUTA MENOS FAVORECIDA

La barriada que importaba pobres

"Ahora nos dedicamos a importar pobres". Éste es el lamento del presidente de la asociación de vecinos de Hadú, Hamido Mohamed. Una de las barriadas con mayor tradición de Ceuta mira hacia atrás con nostalgia para evocar un tiempo que le resultó más propicio. Hadú tiene ante sí un presente y, sobre todo, un futuro incierto: el 85% de sus jóvenes carece de estudios que vayan más allá de la enseñanza secundaria. 

Barriada Hadú 3
photo_camera Exteriores del Mercado de San José/ ANTONIO SEMPERE

“Antes estábamos en primera división; ahora jugamos en regional”. La familia de Hamido Mohamed Selam está asentada en la barriada de Hadú desde hace tres generaciones. Él mismo ocupa desde hace años la presidencia de la asociación vecinal.

“De los viejos quedamos pocos: la madre del Nayim, el del Zaragoza, los tíos del doctor Hakim, la familia de la doctora Malika… Pocos, muy pocos”. El de Hamido es el lamento de quien se ha convertido en testigo involuntario de la decadencia de un barrio.

Hace diez días, Hadú era escenario de un encuentro propiciado por Cruz Roja, la Obra Social de La Caixa y la Ciudad. Las tres entidades están implicadas en un proyecto que pretende analizar la convivencia en la barriada. Algunas de las conclusiones, ya plasmadas en un documento, eran avanzadas en esta reunión. Y no resultaban consoladoras.

Según la memoria comunitaria elaborada por los promotores del proyecto, el 85% de los jóvenes de la barriada no ha conseguido completar estudios más allá del nivel de secundaria. “Estamos ante una de las zonas más deprimidas de la ciudad, con un alto índice de pobreza y exclusión social que afecta, en gran medida, a los menores de 16 años”, explicaba el sociólogo Carlos Rontomé.

La advertencia no toma por sorpresa ni a los vecinos ni a las autoridades. El eufemismo de “barriada periférica” - que convierte una categoría geográfica en una vitola utilizada para referirse a núcleos de población pobres o a los que acecha el riesgo de pobreza- ya se emplea desde hace mucho para referirse a Hadú.

“Antes éste era un lugar lleno de vida, pero aquello acabó, nos quedamos sin clase media y ahora nos dedicamos a importar pobres”, se queja Hamido.

Barriada Hadú 2El éxodo de esa clase media a la que se refiere el presidente de la asociación vecinal es uno de los síntomas de un fenómeno que los profesores Carlos Rontomé y José Miguel Cantón ya constataban en su reciente estudio “Crisis económica y desigualdad en un espacio fronterizo: Las condiciones de vida de la población de Ceuta”.

La tesis de Rontomé y Cantón dibuja la caída de las barriadas que tradicionalmente habían actuado como “linde” entre la población con más necesidades y los sectores más acomodados que conviven en Ceuta. Hadú ha comenzado a inclinarse del otro lado.

 

Fotografía en el mercado

La barriada ha sido siempre un reclamo natural para todos los partidos que, cíclicamente, se sienten impelidos a visitar a sus residentes cuando los pífanos que anuncian la inminencia de una campaña electoral suenan a rebato. Hadú, con 14.000 potenciales votantes, es una referencia inexcusable para cualquier candidato. El recorrido por el mercado constituye una fotografía ineludible, un tótem del costumbrismo electoral local.

El actual presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ya cubrió el itinerario en las pasadas municipales, dejando tras de sí una nutrida relación de compromisos avalada por una inversión que el político popular cuantificó en 43 millones de euros: conexión de la barriada con El Sardinero por Arroyo Paneque con un ramal hasta Virgen del Rocío, recuperación de la Plaza de Nicaragua para construir un nuevo mercado, un polideportivo en las instalaciones que actualmente ocupa el centro penitenciario de Los Rosales, un programa de rehabilitación de fachadas de edificios, la creación de una unidad específica de apoyo a autónomos y pymes, la construcción de un campo de fútbol 7, un nuevo colegio, una escuela infantil, unos locales que sirvan de lugar de encuentro para los jóvenes…

“Estamos dejados de la mano de Dios y quizás tenga algo que ver el hecho de que el movimiento vecinal ha perdido fuerza, ya no tiene el poder que tenía antes”, sostiene Hamido Mohamed, quien alerta de los problemas y carencias que padece la barriada en materia de seguridad, infraestructuras y políticas dirigidas a los más jóvenes.

El futuro de sus jóvenes constituye la principal inquietud contra la que combaten los vecinos de Hadú. Según los datos aportados al estudio elaborado por Rontomé y Cantón, uno de cada cinco residentes en la barriada tiene menos de 14 años. Pero ni siquiera existe un local social o un centro de formación profesional, tal y como reclama la asociación de vecinos, que permita brindar oportunidades a una población de jóvenes precisados de estímulos.

 

Los nuevos vecinos

Según publicaba el Instituto Nacional de Estadística este mismo jueves, la población registrada en el padrón de Ceuta a 1 de enero de 2016 ascendía a 84.519 personas. El 6,4% de los residentes legales en Ceuta, es decir, 5.433 de sus vecinos, son extranjeros.

Hadú se ha convertido, precisamente, en uno de los barrios que mayor número de ciudadanos marroquíes ha venido acogiendo a lo largo de los últimos años. Este incremento de migrantes en la ciudad no es sino un correlato del aumento de la pobreza. Según el informe “Las condiciones de vida de la población de Ceuta”, se estima que 8 de cada 10 hogares cuyo cabeza de familia es un extranjero se encuentran por debajo del nivel de la pobreza.

Hamido Mohamed describe el perfil de estos nuevos convecinos como el de emigrantes llegados a la Península que, una vez obtenidos los permisos de residencia y ante las dificultades que hallan para salir adelante, prefieren establecerse en Ceuta, más cerca de su país y con mayores posibilidades de acceder a subsidios sociales.

 

Fomento comercial

El desarrollo económico de la barriada, necesariamente impulsado por el comercio, es otro de los tópicos de la retórica política que, sin embargo, no acaba de plasmarse en realidad tangible alguna. Los empresarios defienden la oportunidad de emprender una estrategia que convierta Hadú en la segunda zona comercial de la ciudad.

“Tenemos constancia de que en la última década se ha producido un cambio importante en el tejido empresarial de la barriada –explica el secretario general de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), Alejandro Ramírez- Pero eso ha de ir acompañado de los correspondientes esfuerzos para acondicionar el entorno al desarrollo comercial”.

Los ojos del empresariado ceutí están puestos en el Mercado de San José como el motor económico que ha de impulsar el desarrollo de la barriada. Y, junto a ello, una nueva ordenación que habrá de venir de la mano del nuevo plan general de urbanismo y que tendrá que clarificar las posibilidades que en los próximos años se ofrecerán efectivamente al empresario para promover inversiones en el barrio.

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