Con el espiritú de sufrimiento y dureza, uno de los doce espiritus que se compone el "Credo Legionario " dice así : No se quejará: de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed ni de sueño; hará todos los trabajos: cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes trabajará en lo que le manden.
Así daba comienzo el camino de la IV Bandera "Cristo de Lepanto " desde Ceuta hasta Sanlúcar de Barrameda donde acamparon las damas y caballeros legionarios al mando del teniente coronel Alvaro Kromer, explicando así : " La Legión lleva por bandera el sacrificio y en su horizonte siempre está el afán de proteger a sus semejantes cuando las circunstancias así lo requieren. Su vida se centra en una preparación sin tregua para el momento en el que su intervención sea requerida, y no necesariamente en caso de que se produzca una situación de conflicto bélico, sino en otros muchos casos, como catástrofes meteorológicas o sísmicas".
La IV Bandera avanzó con "espíritu de marcha" donde el frío fue el protagonista hasta llegar a la Blanca Paloma, donde recibieron los vítores de los vecinos de Almonte.
La junta de gobierno de la hermandad matriz de Almonte estuvo presente en la ofrenda realizada a la Virgen del Rocío por parte de la IV Bandera.
Una vez finalizado el acto con la entonación de una plegaria a la Blanca Paloma, miembros de la hermandad entregaron al teniente coronel Alvaro Kromer una imagen de la Virgen del Rocío, a lo que respondió el jefe de la IV Bandera : " desde hoy la Virgen del Rocío nos acompaña sin duda alguna, allá donde vayamos".