Hosting profesional para tu web de empresa, el comienzo de tu andanza digital

Como los cimientos de las viviendas, el hosting es el núcleo de tu web y, sin él, no puedes hacer absolutamente nada.

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La revolución digital, aunque normalizada, sigue presente y constante. Todo el conjunto de la sociedad tiene ya más que asimilado que internet es una herramienta que forma parte de nuestro día a día y es algo prácticamente indispensable. Las compañías ya apuestan por formatos diferentes, por la innovación conseguida a través de las nuevas tecnologías, para llegar a un público que tiene acceso continuo a toda la información que quiere.

Esta tendencia tan asentada ha hecho que una de las prioridades de cualquier empresa sea gozar de presencia en las redes, y la única y mejor forma para ello es con algo tan sencillo como una página web. Tener un portal online es un pilar básico para hacerse sitio en el inmenso océano de internet. De hecho, ya puedes contar con el mejor producto o unos servicios impecables, que si no tienes una web no vas a conseguir crecer de verdad.

Si vas a sumarte a esta carrera con tu recién creado negocio, o crees que es el momento de montar algo para visibilizar ese que tantos años llevas alimentando, el primer paso que tienes que dar es conseguir un hosting. Debes contratar a una compañía para que se encargue de cubrir ese tan necesario alojamiento para dar cobijo a la web que se va a construir y comenzar a dar los primeros pasos en el mundo de las tres uves dobles.

Antes de seguir, has de saber qué es exactamente un hosting. Este término se emplea para bautizar al servicio que un proveedor ofrece al permitir el alquiler de un servidor conectado a internet. Este servidor es donde “vivirán” todos los archivos que construyen la página de tu negocio, donde se irán almacenando todos los datos y el que permitirá que haya un tráfico fluido y sin inconvenientes para satisfacer la experiencia del usuario.

En la actualidad puedes encontrarlos de diferentes tipos. Hay gratuitos, dedicados, compartidos, ubicados en la nube e incluso personalizados. Diferentes propuestas para diferentes clases de usuarios (por ejemplo, alguien que va a montar un humilde blog no va a necesitar un equipo tan potente como una multinacional que quiere alojar su web), con una variedad lo suficientemente amplia como para satisfacer las necesidades de cada uno. Aunque, de entrada te aseguramos que, en caso de montar una web corporativa, lo mejor es ir directamente a por servidores dedicados y, evidentemente, de pago.

Cuando ya tienes localizado el tipo que necesitas, lo siguiente es buscar a una empresa profesional y capaz de ofrecerte lo mejor. Actualmente hay portales como https://www.opiniones.hosting, que sirven como lugar para buscar, comparar y decidirte a la hora de ejecutar este paso. Son de gran utilidad, sobre todo si tenemos en cuenta que este puede ser uno de los momentos más delicados de todo el proceso. Elegir mal puede traer consigo una larga ristra de problemas que no hagan más que provocarte auténticos quebraderos de cabeza.

Lo bueno aquí es que, a pesar de la ingente cantidad de empresas disponibles, las más destacadas en materia de hostings forman un tridente bastante conocido: One.com, Webempresa y SiteGround. Cada uno de ellos ofrece unas ventajas que los demás no, como también posee ciertas carencias que otros no; por lo que es interesante reflexionar con calma y realizar una buena comparativa antes de terminar de decidirse por uno o por otro.

Algo bastante aconsejable para todo esto es, simplemente, proceder a contactar directamente para conocer de primera mano tanto las ventajas como los productos y posibles promociones que ofrezcan. Ya sea por teléfono, a través de un formulario web o incluso mediante e-mail, los servicios de atención de estas empresas suelen estar mayoritariamente disponibles. Aunque siempre hay un plazo de devolución o rechazo de contrato disponible, es conveniente tener las cosas sobre la mesa antes de firmar nada.

A colación de esto último, es tremendamente conveniente ver qué compañías cuentan con una cláusula de devolución de importe en caso de insatisfacción. No debería haber problemas una vez se decide, pero nunca está de más guardar cierta precaución por lo que pueda pasar.

Hasta aquí llega todo lo que abarca este primer gran paso de tu empresa en el mundo de internet. Queda mucho más por delante, como es el diseño y el desarrollo de la web, el uso de las redes sociales, el gran potencial del marketing digital… Pero el pilar básico es este, y su perfecta construcción es la clave para que el resto pueda comenzar a funcionar con total normalidad. Si todo queda bien atado y preparado aquí, el resto es mucho más sencillo.