Muchos expertos aseguran que ya nos encontramos inmersos en la cuarta ola de esta pandemia, otros consideran que aun la podemos evitar y que todo depende de la Semana Santa.
Cerca o lejos, Ceuta se adentra en esta nueva etapa de la crisis sanitaria en muy malas condiciones, peor que cuando empezamos la tercera ola.
La incidencia acumulada ha vuelto a dispararse y Ceuta ha vuelto al riesgo extremos con casi 300 casos por cada 100.000 habitantes. Los contagiados diarios no paran de crecer y la presión hospitalaria no disminuye. La ocupación de la UCI es superior al 40%.
A estos datos negativos debemos añadir la variante británica cada vez más presente en Ceuta. Ya se han confirmado siete casos y la previsión es que aparezcan muchos más.
En Ceuta la previsión del jefe de Medicina Preventiva, Julián Domínguez, hace unas semanas era que la ciudad iba a llegar a finales de marzo en riesgo bajo, rozando la normalidad. Sin embargo los brotes detectados en los centros de menores acabaron con estas esperanzas. Domínguez también lo achaca a la movilidad. "Tenemos una movilidad interna inasumible que supera el 100% y una movilidad externa muy preocupante".
Los datos corroboran estas afirmaciones. Del miércoles al sábado pasado los desplazamientos a la Península han aumentado un 33%. En solo cuatro días más de 4.000 personas salieron a la Península. Sin contar con los desplazamientos que se han producido desde el domingo hasta hoy Jueves Santo, de los que aun no hay datos.
La Semana Santa será crucial pero casi todos los expertos coinciden en que el repunte de casos está garantizado. ¿Estamos preparados?
