La Ciudad tiene en su poder 1.000 test rápidos de los 10.000 que tienen que llegar. A día de hoy, la Consejería de Sanidad ha realizado más de 300 de estos test.
Estaba previsto utilizar estas pruebas en mayores de 60 años con enfermedades, en mayores de 65 años y en colectivos de riesgo. Sin embargo, como aun no han llegado a la ciudad los 9.000 test restantes, han decidido emplear este millar en residencias de mayores, personal que trabaja con menores, trabajadores de Cruz Roja que están en los albergues temporales de migrantes, personal del CETI y policías de menores.
El consejero de Sanidad, Javier Guerrero, ha asegurado que no van a parar de hacer test "nos cueste lo que nos cueste". Guerrero ha asegurado que la Ciudad no tiene la logística de Enfermería de la que dispone el Ingesa "pero vamos a hacer todo lo que podamos para hacer test a quien lo necesite".