Covid-19: 365 días después

Las autoridades sanitarias anunciaron el 31 de enero de 2020 la aparición del primer caso de coronavirus en España. Mes y medio más tarde se registraba la primera infección en Ceuta.

Viandantes caminan por el Paseo del Revellín (C.A.) CALLE GENTE
photo_camera Viandantes caminan por el Paseo del Revellín (C.A.)

El Centro Nacional de Microbiología confirmó el 31 de enero de 2020 el primer caso de coronavirus registrado en España. Apenas un mes y medio más tarde, las autoridades sanitarias revelaban que un joven estudiante ceutí recién llegado de Madrid acababa de dar positivo en las pruebas de detección del covid-19. Una nueva época, inimaginable apenas unas semanas atrás, había dado comienzo.

Los 58.319 muertos debidos al virus contabilizados desde el inicio de la pandemia, 72 de ellos en Ceuta, dan cuenta de la dimensión de la emergencia sanitaria y social en la que se encuentra sumida el país.

Las semanas previas a la declaración del estado de alarma, anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 14 de marzo, fueron de incredulidad. Algunos recordaban la crisis del Ébola, que registró apenas un puñado de casos en España y se pensó que, la crisis de salud que ya asolaba China, llegaría a nuestras fronteras, si acaso, de manera testimonial.

La historia de la pandemia ha perturbado hábitos sociales y costumbres arraigadas, ha supuesto un duro golpe para la estabilidad económica de empresas y familias y ha dejado tras de sí un siniestro reguero de muerte.

Ceuta resistió mejor que otros territorios españoles la primera ola de la pandemia. Hasta el final del confinamiento estricto el 4 de mayo, en la ciudad se habían registrado 152 contagios y solo cuatro fallecidos.

Los ceutíes se sumaron entonces a la relajación a la que invitó en todo el país la caída de la incidencia de la enfermedad, con un verano a la vuelta de la esquina que muchos pensaron poder disfrutar sin los temores que les acuciaron durante la primavera.

Desde el 4 de junio hasta el 31 de julio, el Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) informó solo de cuatro nuevos contagios. Agosto acumuló ya 124 y un fallecido. Los 19 muertos registrados en septiembre y octubre avanzaron la próxima declaración de la segunda ola. Noviembre fue el mes en el que se alcanzó la máxima incidencia acumulada de toda la pandemia: 1.071 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes en los catorce días previos. La mortalidad se disparó aquel mes con el fallecimiento de 32 personas.

Las medidas de las autoridades sanitarias permitieron contener la progresión de la pandemia hasta situar la incidencia por debajo de los 110 casos a finales de noviembre. Pero llegó la Navidad.

La relajación de las medidas implementadas para doblegar la segunda ola alimentó la irrupción, casi sin transición, de la tercera.

Ceuta, como el resto del país, festejaba la llegada de las primeras vacunas. El 27 de diciembre, un anciano de 81 años se convertía en el primer ceutí en recibir una dosis de la vacuna de Pfizer.

Sin embargo, los excesos de la Navidad no tardarían en manifestarse en forma de un incremento del número de contagios. Desde el fin de semana del 28, la curva de infecciones comenzó a verticalizarse hasta devolver el número de contagios por cada 100.000 habitantes a una cifra por encima de los 500. El covid ya se ha cobrado la vida en enero de 12 personas.

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