La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha afirmado este martes que si Marruecos abriera sus fronteras y "hubiera ciudadanos marroquíes que quieran, de manera más individual, volver a su país" este verano, "España está preparada para ese tránsito de ciudadanos".
Así lo ha afirmado, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, después de que Marruecos anunciase el lunes que la Operación Paso del Estrecho (OPE) no se desarrollará como es habitual porque no se ha podido preparar.
o obstante, el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, distinguió la OPE del retorno estival de los marroquíes residentes en el extranjero y dijo que eso es un "proceso natural" que dependerá de varios factores, el primero de ellos que Marruecos abra sus fronteras, algo que todavía no tiene fecha.
González Laya ha asegurado que España y Marruecos han estado en "contacto estrecho" sobre este asunto y que ella misma lo ha hablado con Burita en "innumerables ocasiones" para coordinarse y prepararse "de la mejor manera posible para lo que pudiera ocurrir".
Así, ha explicado que la situación es que "de momento las fronteras de Marruecos siguen cerradas" lo que, a su juicio, es "un ejercicio de responsabilidad de Marruecos para con la situación en su país".
De este modo, no ha podido aventurar cuántos marroquíes podrían finalmente atravesar España, señalando que este es "un verano atípico" y que lo que no va a pasar este año es que haya más de 700.00 vehículos, tres millones de ciudadanos, atravesando España. "Pero si hay ciudadanos que quieren cruzar, podremos gestionar esto", ha añadido.
Por otro lado, la ministra ha explicado que actualmente los gobiernos europeos están trabajando en fijar una serie de criterios epidemiológicos para abrir la frontera exterior de Schengen solo a los países que se consideran seguros.
La Comisión Europea ha recomendado abrir la frontera el 1 de julio y, aunque la fecha podría cambiarse, ha explicado que el enfoque europeo ahora es elaborar esos criterios para tener "cierta tranquilidad" y no dejar entrar a los ciudadanos procedentes de países que "aún están en una situación epidemiológica complicada".
El indicador más importante, ha apuntado, es el número de contagios por cada 100.000 habitantes y se está tratando de establecer un umbral de tolerancia que no se ha fijado aún.
