El Ejército de Tierra ha elaborado un "informe cualitativo de predicción epidémica a largo plazo", así lo ha denominado. En él dibuja un escenario poco optimista en relación a la evolución de la pandemia.

Repecto a la inmunidad, se dice en el documento que ninguna vacuna ofrecerá un 100% de protección ni podrá estar lista hasta enero o febrero de 2021. El coronavirus no desaparecerá, pero la inmunidad adquirida por los individuos contagiados, los futuros tratamientos y la vacuna, cuando llegue, determinarán que los problemas derivados de la enfermedad "sean menores". En el informe se asevera de forma tajante que "nunca habrá un 100% de inmunidad adquirida" y que habrá personas que "vuelvan a contagiarse" aunque con "síntomas más leves y no de tipo pulmonar grave".

A largo plazo habrá dos oleadas más de epidemia, una al final del próximo otoño y una seguna al invierno siguiente cuya intensidad se espera que "sea menor".

Sobre el estudio de seroprevalencia que está en marcha, permitirá conocer qué fuerza tendrá la segunda ola porque se sabrá cuántas personas quedan por infectarse. El informe recoge que "se tardará entre un año y un año y medio en volver a la normalidad.

Otros datos que ya conocemos son que el problema no es tanto el número de casos severos o muertes, sino que se acumulen todos a la vez de nuevo y colapsen los servicios sanitarios. Expone que el aislamiento no ayuda a detener la expansión, pero sí a ralentizarla.

El Ejército mantiene como idea fundamental "estar preparado para la siguiente ola" y advierte que el mayor peligro en el futuro serán las aglomeraciones.