Más de la mitad de los sanitarios ceutíes reconocen haber precisado atención psicológica

Según una encuesta elaborada por el Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta, el 95,7% de los profesionales sanitarios percibió riesgo de contagio durante su desempeño profesional.
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photo_camera Instalaciones del Hospital Universitario

El 54,6% de los profesionales de la sanidad ceutí reconocen haber necesitado asistencia psicológica a consecuencia de las situaciones que se ven abocados a enfrentar por la pandemia de coronavirus. Éste es uno de los datos revelados por la encuesta elaborada por el Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta (COPCE) sobre la afectación psicológica que la situación de emergencia sanitaria ha generado entre los profesionales en la ciudad.

La encuesta ha contado con la participación de  141 profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, auxiliares y celadores) y ha sido elaborada entre el 1 y el 30 de junio pasados. El perfil de las personas que respondieron a la encuesta es el de una mujer (71,6%) de entre 51 y 55 años (15,6%)  y que trabaja en un centro público (74,5%).

Según revelan los resultados de la encuesta, el 95,7% de los entrevistados percibió riesgo de contagio durante su desempeño profesional.

Los sanitarios se dijeron preocupados por la situación (98,6%), inseguros (85,1%), y confusos (67%).

El 92,8% aseguró haber compartido sus preocupaciones con sus compañeros en la misma proporción que lo hicieron con otras personas fuera del entorno laboral.

El 67,4% reconoció que tenía un “nulo” o “escaso” conocimiento de la existencia del servicio de atención psicológica y el 99,3% aseguró no haberlo utilizado por  considerarlo poco necesario para ellos en esos momentos (79,8%), por temor a posibles consecuencias laborales (13,5%) o por evitar preocupar a sus seres queridos (5,7%).

Según la encuesta, las mujeres se sintieron más “inseguras, tristes, decaídas, cansadas y agitadas” que los hombres. Fueron ellas las que más aumentaron su consumo de tabaco y las que se dijeron más afectadas en el plano personal por la situación, pero no así en el ámbito laboral.

Hombres y mujeres no difirieron en el aumento de síntomas psicopatológicos, en la forma de gestionar sus estados psicológicos, en la necesidad de atención psicológica, ni en sus opiniones sobre el servicio habilitado.

Por edades, las personas mayores de 65 años sintieron menor preocupación, inseguridad, irascibilidad y temor respecto al resto de franjas de edad, correspondiendo los aumentos más notables a los sujetos de edades intermedias (35-55 años) y a los más jóvenes (18-25 años).

También los de edades intermedias y de prejubilación (61-65 años) padecieron más agitación, problemas de sueño, estrés, ansiedad y síntomas depresivos que el resto de franjas.

Por último, hubo mayor necesidad de atención psicológica sobre todo a partir de los 45 años, pero quienes más la necesitarán en un futuro cercano son los adultos de 35 a 45 y los mayores de 65.

Finalmente, a mayor riesgo de contagio autopercibido, mayor inseguridad, miedo o temor, tristeza o decaimiento, cansancio, problemas de sueño, agitación, irascibilidad, estrés, ansiedad, afectación personal y laboral, y mayor apuesta por la instauración de servicios de atención psicológica específicos para el personal sanitario.