El mes sagrado del islam arranca en Ceuta y Melilla un día después que en la Península

Los musulmanes ceutíes celebran un Ramadán condicionado por el confinamiento

Las restricciones impuestas por el estado de alarma condicionarán necesariamente unas celebraciones fundamentalmente sociales.

rezo fin ramadán
photo_camera Rezo del fin de Ramadán en Loma Margarita (C.A./ARCHIVO)

La comunidad musulmana de Ceuta dará por comenzado el mes de Ramadán este sábado. Como cada año, la precisión de la jornada en la que se inicia el mes sagrado del islam la ofrece el  Ministerio de Asuntos Religiosos de Marruecos, por cuyas fechas se rigen los musulmanes ceutíes. En la Península, donde se atiende a la a autoridad religiosa de Arabia Saudí, el Ramadán arranca hoy.

Los musulmanes se enfrentan a un mes de Ramadán inédito. Las restricciones impuestas por el estado de alarma condicionarán necesariamente unas celebraciones fundamentalmente sociales, en las que los lazos entre los miembros de las familias se estrechan y el encuentro con amigos y conocidos se convierte en una amable obligación.

El escenario que se encontrarán los creyentes este año será harto diferente al conocido. Con las 42 mezquitas de la ciudad cerradas y condenados a observar el confinamiento domiciliario impuesto por las autoridades para frenar el avance del coronavirus, los musulmanes se verán forzados a cultivar un mayor recogimiento.

A la espera de conocer la evolución de la pandemia y las decisiones que adopten las autoridades, no existen certezas sobre la viabilidad de la celebración este año de la Musa-la, el rezo colectivo con el que dentro de un mes los musulmanes pondrán fin al Ramadán. La idea de que centenares de personas se reúnan en la explanada de Loma Margarita no parece compadecerse con las restricciones actualmente impuestas a los actos públicos multitudinarios.

La comunidad musulmana, además, se enfrenta este año a los resabios y maledicencias de voceros islamófobos que no han dudado en lanzar una andanada de bulos que no han tardado en propagarse a través de las redes sociales. Hace poco más de una semana, el director territorial del Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa), Jesús Lopera, tenía que salir al paso de una falsa noticia con la que se pretendía hacer creer que las autoridades relajarían las restricciones impuestas por el estado de alarma para permitir que los musulmanes salieran a las calles a celebrar su fiesta religiosa.

Lo cierto es que la comunidad musulmana ha aceptado de buen grado que, dada la amenaza que se cierne sobre la salud pública, no quedará otra alternativa que adaptar la celebración del Ramadán a las nuevas circunstancias.

Entidades representativas de la comunidad islámica hacían días atrás un llamamiento a la comunidad musulmana para que atendiera las indicaciones de las autoridades sanitarias. Ante la actual situación, recomendaban a los creyentes que continuaran celebrando la oración en sus domicilios.

“No hay duda en que los musulmanes de España, al respetar las reglas del confinamiento social, preservarán sus vidas, protegerán y salvaguardarán a la sociedad”, podía leerse en la guía difundida por la Comisión Islámica de España (CIE) para la celebración este año del mes sagrado de los musulmanes.

 Este año pasará desapercibida una reivindicación ya tradicional de la comunidad musulmana ceutí en estas fechas. La Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE) no ha cesado de insistir en la idoneidad de que el Eid al Fitr, la fiesta del final del Ramadán, sea considerado festivo en el calendario laboral de la ciudad. El argumento es que la participación de los musulmanes en esta celebración paraliza, a efectos prácticos, gran parte de la cotidianeidad de la vida de Ceuta.

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