Ómicron, imparable, se ceba con 162 contagios, 26 de ellos vulnerables

Preventiva alerta que el descontrol de casos, “con más de 1300 personas en cuarentena”, va a repercutir tanto en la sobrecarga hospitalaria como en otros servicios públicos, así como la letalidad

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photo_camera Más de 1300 personas se encuentran aisladas mientras que la presión hospitalaria se incrementa con un goteo diario. (ARCHIVO)

Ómicron decidió continuar en el 2022 y ya se ha convertido en la variante principal en Ceuta, ya que el 85% de las pruebas diagnósticas testadas en la última semana detectan Variante S. Más contagiosa – o hasta el momento eso se dice, y con una desaforada capacidad de transmisión,  ha convertido este inicio del año en el de los centenares. Los cientos de positivos que a diario se está cebando desde la última semana del 2021. Este martes la previsión de Preventiva son 162 más, con posibilidad de engrosar las cifras a lo largo de la jornada. De ellos, 27 son pacientes vulnerables, reportan desde dicho servicio del HUCE, “23 no vacunados y 3 con patologías crónicas”.

Estos datos de contagios en niveles nunca vistos está dejando en los últimos días ha supuesto el aislamiento y cuarentena de más de 1.300 personas. Un motivo que preocupa a Medicina Preventiva desde donde alerta que la continua elevación de la incidencia aumentará proporcionalmente la ocupación hospitalaria y la posibilidad de afectar a algún servicio público, así como la letalidad.

Aunque está claro que la ola sigue subiendo, los datos son cada vez menos homogéneos y comparables. La saturación del sistema sanitario debida a la enorme explosión de infecciones ha provocado un cambio en los protocolos, que ya no exigen un rastreo de contactos estrechos ni pruebas diagnósticas a personas que sean contacto estrecho, pero no tengan síntomas. Esto, sumado a la enorme proliferación de ciudadanos que recurren a pruebas en las farmacias, que no siempre se notifican y, por lo tanto, no cuentan en las estadísticas oficiales, provoca que las cifras de contagios “no se puedan interpretar”.

El número de ingresos en proporción con las infecciones detectadas está siendo mucho más lento que en otras olas. Buena parte de este fenómeno se debe a una población mayoritariamente protegida por las vacunas, a lo que se ha podido sumar una menor virulencia de la ómicron, aunque queda por resolver en qué medida esto es cierto en personas no vacunadas.

El problema ahora es que la ola está en pleno crecimiento y no se sabe hasta dónde llegará. Y que, por baja que sea la proporción de las infecciones la presión en UCI comienza a elevarse, al igual que la letalidad. Ceuta tan solo ha tenido que esperar tres días para lamentar el primer fallecimiento en este nuevo año.

Las decenas de miles de casos que se están registrando estas Navidades serán en su inmensa mayoría leves. Los pocos que acaben en los hospitales tardarán una media de entre 8 y 10 días en ser ingresados tras el diagnóstico y entre dos y tres semanas a las UCI, si es que requieren estos cuidados. Esto quiere decir que la presión hospitalaria seguirá creciendo muy probablemente durante buena parte del mes de enero.