La Operación Paso del Estrecho mueve a cientos de miles de trabajadores magrebíes

La OPE: una seria amenaza para la salud que tiene que solucionar el Gobierno de España

¿Quién va a contener a los tres millones de trabajadores magrebíes residentes en Europa para que no retornen al Norte de África?
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photo_camera Colapso que provoca la OPE (C.A.)

El ministro del Interior del Gobierno de España, Fernando Grande Marlaska, manifestó el año pasado en Algeciras que “la Operación Paso del Estrecho (OPE) es un ejemplo de buena coordinación entre Administraciones públicas diferentes y entre países vecinos”. Es posiblemente la misma coordinación que ahora se necesita pero a la inversa. 

Como ha ocurrido con el resto de acontecimientos que están asociados a la aglomeración de personas, lo razonable es que la OPE 2020 no se permita por razones sanitarias. 

Este movimiento que aglutina a más de tres millones de viajeros y a casi un millón de vehículos que se trasladan de Europa a África y que hasta ahora ha sido perfectamente coordinado, como bien decía el ministro, es en estos momentos de emergencia sanitaria una grave amenaza para España, para sus comunidades autónomas, para los ciudadanos que residen por donde pasan estas grandes caravanas de vehículos y, por supuesto, para Ceuta, cuyo puerto está restringido y su frontera cerrada. Marruecos también cerró la suya y el avance del virus, aunque más tardío, es rápido en el país vecino 

El covid-19 no deja alternativa a la cancelación de este viaje de ida y vuelta que se planifica entre el 15 de junio y el 15 de septiembre desde hace más de treinta años.  

El viajero que proceda de Francia vendrá desde el cuarto país del mundo con más contagios (148.000/ahora) y cuarto también con más muertos (17.000/ahora) por coronavirus.  

El que proceda de Alemania vendrá desde el quinto país del mundo con más contagios (135.000/ahora) con un balance actual de 4.000 muertos.

Quien proceda de Bélgica o de Países Bajos vendrá del décimo y undécimo país más contaminado por el covid-19, con casi 30.000 casos positivos cada uno en la actualidad.  

Y todas estas personas, con síntomas o sin síntomas, circularán por el segundo país del planeta (España) más afectado por el coronavirus. Es evidente que también es un riesgo para ellos.  

Ante un asunto que no es menor, nadie por ahora se ha pronunciado. Nos quedamos hoy con las palabras del consejero de Sanidad, en una comparecencia este jueves: “En la última reunión del Consejo Interterritorial, le dije al ministro de Sanidad que por favor tuviera en cuenta la frontera de Marruecos y el puerto de Ceuta. Lo transmití así por el miedo que tienen otras comunidades de que empiecen a bajar los trabajadores magrebíes de Bélgica, de Francia… y que pasen por las diversas comunidades. Nosotros también tenemos miedo que lleguen y se encuentren la frontera cerrada. Le pedí una explicación y no tuve contestación”.

Quizá ha llegado el momento de que el Gobierno español ponga el foco en un problema que le puede estallar en las manos si los países de procedencia de estas personas no quieren o por el motivo que fuere no puedan cooperar.