La reapertura del Estrecho, prueba de fuego para las autoridades sanitarias

La recuperación de la normalidad en los enlaces marítimos con Algeciras desde este domingo constituye un reto para una gestión sanitaria que ha conseguido reducir a cero el número de casos activos por coronavirus.

Dos ferris se cruzan en el Estrecho (C.A.)
photo_camera Dos ferris se cruzan en el Estrecho (C.A./ARCHIVO)

El hostal “Zagora” es una pequeña casa de huéspedes antigua y aseada en la Villa Vieja de Algeciras. El inmueble ha sido cerrado después de que se conociera que dos de sus inquilinos habían dado positivo por coronavirus. No ha sido éste el único caso de contagio registrado en la ciudad campogibraltareña. Las autoridades sanitarias han confirmado que en tan solo 24 horas el número de casos positivos por covid-19 pasó de 3 a 17. Actualmente, 64 personas han sido aisladas para evitar la propagación del virus.

Pese a que el consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, ha insistido en que la situación se encuentra totalmente controlada –incluso ha negado la categoría de “brote” a este incremento de casos-, su homólogo a este lado del Estrecho no las tiene todas consigo. ““El brote de Algeciras nos ha llevado a aumentar el recelo ante la gente que viene”, ha asegurado el consejero ceutí Javier Guerrero.

Ceuta no registra a día de hoy ni un solo caso activo por coronavirus y suma ya dieciséis días consecutivos sin contabilizar nuevos contagios. Es, de hecho, el único territorio español en el que no se ha constatado ninguna infección en las últimas dos semanas. Una situación ideal que encuentra una amenaza en la recuperación de la normalidad que experimentarán las comunicaciones marítimas a partir de mañana domingo.

El Gobierno de la Ciudad siempre ha insistido en que el aislamiento que han proporcionado a Ceuta la restricción al mínimo de los enlaces marítimos con Algeciras y el cierre de la frontera marroquí constituyen buena parte del éxito de la gestión de la pandemia. El fantasma de un rebrote en Algeciras ha alertado a las autoridades sanitarias locales.

La Autoridad Portuaria ha instalado un sistema de control de accesos y toma de temperatura que está activo desde el pasado jueves. Ayer, por ejemplo, con los únicos servicios activos de la naviera Baleària, limitados por el estado de alarma, transitaron por la Estación Marítima 700 personas. La incorporación a lo largo del domingo y el lunes de las otras dos navieras a las rotaciones en el Estrecho multiplicará el número de viajeros y, con ello, el reto que supone impedir contagios foráneos.

Ceuta conseguía esta semana cerrar un periodo completo de incubación, esto es, mantener el casillero de nuevos contagios a cero durante catorce días. Esto significa que las posibilidades de un rebrote causado por un contagio interno se antojan muy reducidas.

Mientras, la Consejería de Sanidad se afana por preparar la llegada inminente de la “nueva normalidad” con la suspensión de celebraciones festivas y religiosas que comporten gran concentración de personas, el control estricto en los accesos a los locales de ocio nocturno o el aplazamiento a septiembre de todas las actividades culturales programadas antes del 14 de marzo.

El Gobierno local sabe que la reanudación total del servicio de transporte de pasajeros del Estrecho anticipa los problemas que originará, en una fecha que sigue sin determinarse, la reapertura de la frontera hispano-marroquí.

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