¿Qué significaría para Ceuta el retorno a medidas restrictivas como las adoptadas en mayo?

El avance de la enfermedad comienza a ser una realidad que las autoridades sanitarias ya identifican con alarma. Si la incidencia de los contagios no se reduce, la adopción de nuevas medidas de contención no se antoja improbable.

Viandantes, esta mañana en el Paseo del Revellín (C.A.)
photo_camera Aspecto del Paseo del Revellín el pasado junio (C.A./ARCHIVO)

Con más de 100 casos activos de coronavirus y cuatro fallecidos en apenas dos semanas, Ceuta atraviesa una de las situaciones sanitarias más delicadas desde que en marzo las autoridades comenzaron a adoptar medidas para combatir el avance del covid-19.

Los datos facilitados por el Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) situaban este jueves el número de contagios activos en 116, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.

Ayer mismo, el Centro de Coordinación Operativa (CECOP), órgano institucional encargado de garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención sanitaria dictadas por las autoridades, hacía una advertencia clara a los ciudadanos: el retorno a la fase 2 no es un escenario descartado en la actual coyuntura de la pandemia.

La fase 2 establecía una serie de limitaciones a las actividades cotidianas que, si bien constituían una relajación del confinamiento dictado a mediados de marzo, suponía una restricción en el día a día que, a fecha de hoy, los ceutíes ya creían desterrada. Pero, ¿qué significaría retornar a una situación que sujetó la vida de los ceutíes a un estado de excepcionalidad durante tres semanas durante finales de mayo y la mitad de junio?

 

Fase 2

Una aplicación estricta de las medidas que entraron en vigor el pasado 25 de mayo en Ceuta entrañaría un retroceso fatal para el estado de ánimo de los ciudadanos y, lo que resultaría casi definitivo para la economía local, supondría un duro golpe para la actividad de empresas y negocios.

El retorno a la fase 2, si se ejecutaran las mismas medidas que se adoptaron hace ahora cuatro meses, entrañaría limitaciones al número de personas autorizadas a participar en una misma reunión, que no podría superar el de 15. Los bares no podrían hacer uso de sus barras y se reduciría el aforo en establecimientos comerciales, hoteles, cines, teatros e instalaciones deportivas, entre otras medidas.

Aunque las autoridades no se han pronunciado hasta el momento sobre esta posibilidad, más allá de la advertencia lanzada por el CECOP, una reedición de las condiciones de vida en la fase 2 parece que no se plasmaría necesariamente en una réplica exacta del escenario ya conocido en mayo y junio. Sin embargo, el avance de la enfermedad comienza a ser una realidad que las autoridades sanitarias ya identifican con alarma. El propio director territorial del Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa), Jesús Lopera, advertía esta semana de que el número de contagios continuaría creciendo. Y en estas circunstancias, si la incidencia de los contagios diagnosticados no se reduce, la adopción de nuevas medidas de contención no se antoja improbable.