Caballas califica las explicaciones dadas por el presidente Vivas como "una oda al cinismo"

Las explicaciones de ofrecidas por el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, sobre la adquisición de la estatua de Elena Laverón son, para la formación política de Caballas, “una oda al cinismo”


 

La formación califica de vergonzoso que el presidente de la Ciudad se aferre al cumplimiento de un acuerdo plenario, sobre el que precisa en una nota de prensa, que se adoptó para “realizar un monumento al inmigrante con motivo de la tragedia, casi diaria, que vivimos en nuestras costas con la muerte de cientos de personas en busca de una vida mejor”.

Los localistas puntualizan en su nota que en ningún momento es establece que ese monumento debía ser una estatua, ni se citaba a las obras de Laverón, ni se concretaba estatua alguna bajo el nombre de solidaridad que venga a ensalzar dicho valor en Ceuta, “por lo que, no sólo se desvirtúa el propio acuerdo, sino que nada tiene que ver con el espíritu del mismo”.

Por otro lado, según Caballas, quien decide de forma unilateral adquirir la estatua ha sido el propio Gobierno, independientemente de lo que acordó en su día el Pleno, "y que además es el propio Gobierno quien decide adquirir esta estatua de esta artista en cuestión y el precio a pagar, sin que nada tenga que ver la voluntad de la Asamblea".

Caballas entiende que no se ha respetado los procedimientos legales oportunos en lo que se refiere a los procesos de licitación, “ya que estamos hablando de casi 200.000 euros”. También aducen que no ha habido comisión alguna o reunión de la Junta de Portavoces para tratar este asunto “sino que, a puertas cerradas, y por su cuenta y riesgo, el Gobierno decide gastar 165.000 euros de todos los ceutíes en una estatua que nada tiene que ver con acuerdo plenario alguno”.

Es muy significado y evidencia el proceder de este Gobierno, dice Caballas, que, el mismo día en que el portavoz del Gobierno afirmaba que no se iba a comprar estatua alguna y que sólo se trataba de una exposición a coste cero, horas después, otra parte del ejecutivo anuncia todo lo contrario, la compra de una estatua que no ha hecho más exacerbar los ánimos de los ceutíes.