El Carnaval de Ceuta 2016 ya tiene cartel anunciador

El diseñador gráfico Juan Diego Ingelmo ha sido el ganador del concurso de Fiestas con "Sirena", una alegoría de la transformación carnavalesca. En total han sido catorce las obras presentadas al jurado integrado por un responsable de la Consejería convocante y cinco vocales nombrados entre artistas, diseñadores, técnicos y profesionales de medios de comunicación. 

Carnaval 2016 cartel (Custom)
photo_camera Cartel anunciador del Carnaval 2016 /CEDIDA

El diseñador gráfico Juan Diego Ingelmo ha sido el ganador del concurso para la selección del cartel anunciador del Carnaval de Ceuta convocado por la Consejería de Juventud, Deporte, Turismo y Fiestas. Asturiano de nacimiento y residente en Burriana, provincia de Castellón, Ingelmo ha participado con la obra "Sirena", trabajo que le ha reportado 900 euros, cantidad a la que asciende el premio.

En total, han sido catorce las obras presentadas y el jurado, integrado por un responsable de la Consejería convocante y cinco vocales nombrados entre artistas, diseñadores, técnicos y profesionales de medios de comunicación, se ha reunido esta semana para hacer sus deliberaciones y emitir el fallo.

"Sirena" pone el acento en la transformación propia del Carnaval, una transformación que Ingelmo ha representado con el busto de una mujer que emerge del mar y, al llegar a la superficie, incorpora a su cabeza y rostro elementos carnavalescos, algunos de los cuales son de marcado acento caballa, como la cúpula del Palacio de la Asamblea que lleva por sombrero y el par de estatuas del conjunto escultórico de los hermanos Nicoli que lo adornan.

La presencia del mar en el cartel ganador del concurso no es casual, sino que de esa forma el autor destaca que Ceuta está rodeada por el Mediterráneo y el Atlántico, cuyos fondos ha poblado con distintas especies marinas que, eso sí, aparecen disfrazadas: un pez-lata, un pulpo-plátano y un pez-fresa son algunos de los trajes que lucen en Sirena.

El color es otro elemento diferenciador en la obra, en la que la rutina diaria pinta un fondo marino casi de un solo tono que contrasta con el amarillo, fucsia, dorado y otros colores de la superficie a la que emerge el Carnaval. “Es como el hombre que acude de traje a la oficina para trabajar y, al día siguiente, sale a la calle vestido de Elvis Presley”, ejemplifica el autor.