La línea férrea Ceuta-Tetuán nació como un proyecto decididamente ambicioso, como parte de un plan para crear una verdadera red de comunicaciones a lo largo del Marruecos administrado por España. Una intención que, con el devenir de los años, se vería frustrada.
El doctor en Geografía por la Universidad Autónomade Barcelona, Joan Alberich, ha abierto hoy la segunda sesión de las XXI Jornadas de Historia que, organizadas por el Instituto de Estudios Ceutíes, se celebran en la biblioteca “Adolfo Suárez”.
Alberich ha trazado un recorrido por la historia de la línea férrea que, ya planteada como una solución para el desarrollo del territorio en 1884, acabaría por comenzar a construirse en 1912.
En su conferencia titulada “El ferrocarril Ceuta-Tetuán: un primer intento de vertebración del territorio del Protectorado español de Marruecos”, Alberich explica cómo ya en sus inicios la línea fue concebida como una apuesta por la consolidación de la influencia política en la zona, la obtención de beneficios económicos para el país y su aprovechamiento como instrumento de valor militar.
Pese a que en 1940, y tras décadas de pérdidas económicas, se ideó un ambicioso plan, nunca ejecutado, para crear una red de líneas de tren en Marruecos, el desarrollo de otros medios de comunicación más eficientes, entre otras circunstancias, propiciaron el languidecimiento de una línea nacida como mayores pretensiones de las que finalmente fue capaz de satisfacer.
La sesión ha continuado con la conferencia impartida por el director de la “Adolfo Suárez”, José Antonio Alarcón, bajo el título “Ceuta 1918: crisis de subsistencia. Movimiento obrero y cuestión social”.
