En su intervención, el escritor ha explicado que la comunidad musulmana debe aprender a observarse desde otros ojos. Los musulmanes conocen más a los no musulmanes, que los no musulmanes a ellos. Recordó que en 1992 se aprobó la impartición de clases de Islam en la escuela pública en España, aunque hasta ahora, esto no se ha cumplido.
El periodista ha explicado que Ceuta presume de ser crisol de culturas, pero realmente tanto la comunidad hindú como la judía sólo tienen un porcentaje ínfimo aquí. Existe la coexistencia, pero la agresividad en la convivencia es patente, como ocurrió con una chirigota en el 2006.
En cuanto a los procesos de radicalización en Ceuta, Cembrero entiende que son diferentes a los de la península. No se sienten del país de sus padres, y tampoco terminan de sentirse españoles. Es un conflicto de identidad, sólo les queda su creencia, y a veces abrazan una versión errónea del Islam que aceran los problemas de radicalización. La mayoría de los mal llamados yihadistas vienen del triángulo entre Castillejos, Tetuán y Tánger, ha dicho.
A juicio del escritor, tenemos la mayor inestabilidad en la frontera Sur desde la Guerra Civil y el comercio atípico en Ceuta sirve en gran parte como blanqueo del negocio de la droga del Rif. (No tiene sentido introducir por el ropa de mala calidad en el país)
La inmigración son vasos comunicantes, cuando se cierra una puerta se abre otra. La llegada de inmigrantes es una oportunidad, pero hay que saber encauzarla para que no desestabilice la sociedad, ha dicho el escritor.
