El capitán de la selección española cree que el grupo en que cayó España en el Preolímpico de Trieste “nos ha hecho exprimir nuestro mejor waterpolo porque empezamos algo despistados (derrota ante Holanda), pero ya estamos donde queríamos y necesitábamos estar”.
Preguntado por José Luis Corrochano si se ve alcanzando a Manel Estiarte, que participó en seis Juegos, responde que “nos quedamos aquí”. Los de Río serán los cuartos Juegos seguidos del jugador ceutí, aunque cuando el conductor de ‘El partido de las 12’ le inquiere si los de este verano serán los últimos de su carrera deportiva, Guillermo Molina tira de la teoría cholista al asegurar que hay que ir “año a año”.
España no consigue una medalla en una competición internacional desde la plata del Mundial de Roma en 2009. En los Juegos el equipo español tocó el cielo en Atlanta’96 donde se colgó el oro después de la amarga plata de Barcelona. En Sidney, Atenas, Beijing y Londres los españoles terminaron cuartos, sextos, quintos y sextos respectivamente. Molina no quiere oír hablar de una medalla. “No lo pienso, siempre me quedo en diploma, y ya no me interesan, no sé ni donde están guardados en casa”.
Para el equipo español estar en Río significa mucho. “Después de quedarnos fuera en el Mundial de Kazán, volvemos a la élite y este deporte sigue vivo, pero necesitamos ayudas aunque estemos en los Juegos. Canadá lleva 12 años invirtiendo en grandes entrenadores, comprando jugadores, y nosotros al revés, llevamos ocho años en los que cada vez somos menos y tenemos menos dinero. Los clubes sufren mucho y estar en Río para mí es un poco milagro, espero que en dos años me digan ‘capullo te equivocaste'”.
