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La "tranfulla" hizo acto de presencia en el partido que jugó el Ceuta ante el Rociera

Tranfulla. Es el sinónimo andaluz para trampa en el juego. Demuestra que aquí el que sobraba en el envite de jugar la liguilla de ascenso era el Ceuta. A los acontecimientos nos remitimos.

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photo_camera Imagen del partido que el Ceuta jugó ante el San Fernando en el Murube/ A.S.

Tranfulla. Es el sinónimo andaluz para trampa en el juego. Demuestra que aquí el que sobraba en el envite de jugar la liguilla de ascenso era el Ceuta. A los acontecimientos nos remitimos.

Desde tiempos inmemoriales, los dirigentes del Ceuta han buscado múltiples fórmulas tanto en la Segunda División B como en la Tercera División para buscar acomodo en otros grupos donde no se respirara rivalidad y agresividad hacia los intereses del Ceuta. El caballa ha sido siempre visto como ese equipo norteafricano algo incómodo, que exigía un desplazamiento costoso. Eso parece ser que en lo que han sido adoctrinados los árbitros que pitan al Ceuta.

Si ya es triste de por sí el panorama deportivo e institucional que se presenta al Ceuta de aquí al final de temporada, se antoja que ya no resulta necesario que los árbitros vayan machacando al club con decisiones horribles.

La victoria del Sanluqueño en el feudo del San Fernando, el club que ocupa el tercero puesto en la tabla con una plantilla poderosa y que demostró un juego aguerrido y agresivo en su visita al Murube para lograr los tres puntos, es sospechosa, máxime si se tiene en cuenta que se logró por tres goles a dos y jugando gran parte del encuentro con diez.

Aprovechando la derrota del Ceuta en terreno sevillano de manera esperpéntica, se finiquitaba el play off de ascenso. Cuatro equipos gaditanos y andaluces. Más claro, el agua.
En el plano deportivo, el AD Ceuta ofreció una mala imagen al acudir a un desplazamiento para disputar un partido sin portero suplente.  Además, por avatares del destino, quien debería ocupar esa plaza, el guardameta canterano Nadir,  no podía jugar por haber sido expulsado con roja directa por festejar efusivamente un gol en el partido que disputó el club contra el San Fernando.

En el Blog de Fútbol Caballa, encontramos comentarios que sugieren que el árbitro Lázaro Bustos, sabedor de la esperpéntica convocatoria, expulsó al portero del Ceuta señalando el penalti en una de esas jugadas que hay a miles en los campos de fútbol.

El defensa central Corrales ocupó el lugar de Garrido y usó su jersey y sus guantes para jugar como un equipo de patio a eso del portero delantero ante un equipo, el Peña Rociera, que va el cuarto por la cola. Y el equipo quedó al final con nueve jugadores por la salida del jugador Rafa Leal, lesionado cuando ya se habían consumido los tres cambios.
Una diferencia abismal ya de diez puntos frente al cuarto clasificado.

Ahora, la desbandada en el Murube puede ser brutal. Sólo quedarán los mismos aficionados de siempre, los que confían en un próximo proyecto deportivo o que el club convoque una asamblea de socios para convocar elecciones o exponer los acuerdos pertinentes dentro del seno de la entidad que preside Pepe Gil.