La pretensión del Gobierno de la Ciudad de promover el sector digital y estimular nuevas actividades económicas se esconde detrás del convenio que este martes ha suscrito con la multinacional Cable Runner Ibérica (CRI). El documento, formalizado por el consejero de Fomento, Néstor García, y el director general de la empresa, Anthony Pastor, autoriza a CRI a desplegar un trazado de fibra óptica a través de las redes de alumbrado y semafórica.
A cambio de esta autorización, la Ciudad recibirá en propiedad fibra óptica para su uso exclusivo y el mantenimiento preventivo y correctivo correspondiente desde que se ilumine y ponga en servicio algún tramo o la totalidad de la red.
La cablera asume la responsabilidad de los daños que pudiera ocasionar a la Ciudad o a terceros la instalación y explotación de la red. La Ciudad se reserva el derecho a oponer reparos y a plantear trazados alternativos para favorecer la conexión de fibra óptica de sedes de su interés.
Condiciones
CRI abonará a la Ciudad 4,50 euros por metro de tubo de la red de alumbrado utilizado y 0,51 por cada metro lineal desplegado a través de esas infraestructuras. La empresa deberá pagar a la administración un porcentaje de la facturación bruta de cada entidad operadora con la que contrate a partir del segundo cliente.
El plazo de vigencia de la autorización es de 40 años prorrogables por periodos sucesivos de cinco. El acuerdo no genera derechos en exclusiva a la empresa, de manera que la Ciudad será libre de firmar acuerdos semejantes con otras operadoras.
