La consejera de Economía, Hacienda y Administración Pública, Susana Román, ha asistido en Madrid a una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera en la que, bajo la presidencia del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en funciones, Cristóbal Montoro, los responsables autonómicos y ministeriales han abordado flexibilizar los objetivos de déficit y de deuda para el año en curso y la regla de gasto, que impide que este supere al del ejercicio anterior.
A Ceuta le afecta el segundo de los asuntos, por lo que, este 2016, la Ciudad no podrá aumentar el gasto sobre el efectuado en 2015, lo que se traduce en que si la financiación crece, la Administración autonómica habrá de dedicar ese incremento, por ejemplo, a amortizar deuda.
La consejera Román, quien ha valorado al término de la reunión que la regla flexibiliza lo fijado para el año en curso si bien se mantiene lo establecido para los próximos tres ejercicios, ha subrayado que es una única implicación la que conlleva: limitar el gasto al de 2015.
“No podremos aumentar nuestro gasto, de manera que si logramos mejorar la financiación, dedicaremos esa mejora a gasto que ya tenemos o, también, a amortizar deuda; pero no será necesario acometer recorte alguno”, ha resumido Román.
La titular de Hacienda ha reiterado el compromiso del Gobierno de Ceuta con las políticas nacionales tanto en lo que afecta a ese asunto como al de los objetivos de deuda y déficit. “Se trata de ayudar a las comunidades autónomas que lo están pasando peor a cumplir los objetivos sin aumentar el gasto y, en la práctica, significa que no serán necesarios recortes”, ha explicado satisfecha por lo tratado.
A Ceuta, dado que los objetivos que se le exigen son los marcados para las entidades locales, la flexibilización aprobada (del 0,3 % de déficit público se pasa al 0,7 %) no le afecta. Eso, al margen de que la Ciudad ha sumado un cierre más de ejercicio, el de 2015, con superávit. Esta vez, de 10,4 millones de euros.
El próximo paso llegará hoy, cuando el Consejo de Ministros respaldará lo tratado en este encuentro y, con posterioridad, habrá de ser Bruselas quien dé su conformidad.
