Comerciantes y hosteleros cierran su octavo mes de incertidumbres y pérdidas

El sector acumula pérdidas y cierres de negocio que amenazan su futuro y la solidez del tejido económico de la ciudad.

Imagen del centro de la ciudad tomada ayer (C.A.) TERRAZA
photo_camera Terraza de un restaurante en el centro de la ciudad (C.A./ARCHIVO)

Hace poco más de un mes, el presidente de la Cámara de Comercio, Karim Bulaix, expresaba públicamente, y en presencia del consejero de Fomento, Alberto Gaitán, su preocupación por el futuro. Bulaix y Gaitán presentaban el 5 de octubre la “Semana del Comercio”, una iniciativa lastrada este año por las restricciones impuestas para combatir la pandemia de coronavirus.

El presidente de la Cámara avanzó un dato que, ya entonces, resultaba demoledor para las esperanzas de los comerciantes: las pérdidas registradas hasta entonces por el sector podían cuantificarse en un 50%.

En aquella fecha el número de casos activos por covid se situaba en 187 y las muertes debidas a la enfermedad sumaban una decena. Desde entonces, el número de ceutíes positivos activos ha crecido hasta los 649. Los fallecimientos alcanzan ya, desde el inicio de la pandemia, los 34. Y las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias para frenar la expansión del virus se han endurecido.

No ha habido buenas noticias para los comerciantes desde hace meses. Tampoco en octubre. Según los datos manejados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas del sector descendieron un 19,3 por ciento en septiembre con respecto al mismo mes de 2019.

El comercio y la restauración están siendo los grandes perjudicados por una crisis que ha convertido estos sectores de actividad en los más vulnerables frente al covid-19.

Las restricciones horarias impuestas por el toque de queda –la movilidad estará limitada desde este lunes entre las 22.00 a las 6.00 horas- han supuesto un duro golpe para el sector, cuyos representantes se han rebelado ante la delicada situación que atraviesan.

El Gobierno de la Ciudad, consciente de la inquietud que ha hecho presa en comerciantes y hosteleros, no ha dudado en hacer pública su sensibilidad hacia los problemas que asaltan al sector. El propio consejero de Sanidad, Javier Guerrero, afirmaba esta semana que los bares y restaurantes no eran los espacios públicos que más preocupaban a las autoridades sanitarias. Guerrero llegó a cifrar en el 0,38% el porcentaje de infecciones que se han confirmado en este tipo de establecimientos.

Pese a estas buenas palabras, los empresarios contemplan con recelo el futuro de sus negocios. Consideran que la propia incertidumbre que pesa sobre la evolución de la enfermedad impide establecer un plan que arroje las certezas que necesitan para salir del pozo. Lo que no significa que el respaldo de las administraciones no sea hoy más necesario que nunca.

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