Los comerciantes de las naves llevan meses quejándose de la situación, que les está llevando, según explica su portavoz, Bilal Dadi, a la ruina y son “muchos los comercios que ya se han visto obligados a cerrar sus puertas por culpa de los bultos que no son nuestros”.
El último episodio se vivió el pasado 28 de julio, fecha en la que los presidentes de los cuatro polígonos se reunieron con el delegado del Gobierno, en la que el representante de la Administración General del Estado, Nicolás Fernández Cucurull, se comprometió a abrir la puerta norte a cambio de que los empresarios contrataran los servicios de seguridad privada.
Los comerciantes están a la espera del pronunciamiento de los presidentes de los polígonos La Chimenea y Albarán, que son los que se muestran más reticentes de cara a la contratación de la empresa de seguridad privada. Los de Tarajal y Tarajal I tienen la cuestión muy clara.
La idea es acabar con las naves consignas, alega Bilal Dadi, que ha explicado que la intención que tienen es de no dejar entrar en los polígonos ningún tipo de mercancías que no sea propiedad de los comerciantes legalmente establecidos. Una medida, que sin duda, puede acabar con la polémica de los bultos y que podría propiciar que los negocios siguieran con su actividad como hasta hace unos meses venían haciendo.
Los comerciantes también se han visto sorprendidos por las declaraciones realizadas fechas atrás por el delegado del Gobierno con respecto a que los agentes de la Guardia Civil no tienen orden de prohibir el paso de personas hacia Marruecos con compras realizadas en sus establecimientos, algo que los comerciantes insisten en que sucede a diario.
Los empresarios esperan que el delegado cumpla su promesa y apertura la puerta norte, lo que permitiría que los clientes pasaran directamente de los polígonos a la frontera y que se permita que lo hagan con las compras realizadas en los negocios legalmente establecidos en los polígonos.
