Ceuta está inmersa en una profunda crisis de la que le va a costar salir. El cierre de la frontera en octubre de 2019 y la llegada de la pandemia en marzo de 2020 ha afectado de manera directa a la economía de la ciudad en general y a los negocios en particular que han visto cómo sus ganancias caían en picado.
Una imagen vale más que mil palabras y sólo hay que pasearse por la zona comercial de Ceuta para darse cuenta que las cosas no van bien. En el Paseo del Revellín son muchas las tiendas que se han visto obligadas a echar el cierre definitivo. En la periferia la imagen, desgraciadamente, es la misma.
Es cierto que el Gobierno ha puesto en marcha diferentes mecanismos para hacer frente a esta crisis económica. Primero con ayudas directas a autónomos y empresas a través del programa Ceuta Resiste.
Luego llegaron los conocidos “BuyBonos”, iniciativa propuesta por la Cámara de Comercio y apoyada por la Confederación de Empresarios. Una medida encaminada a potenciar las ventas en negocios locales y que tuvo una gran acogida en el mes de diciembre.
Ahora los bonos han vuelto y los ceutíes ya han gastado 300.000 de los 400.000 euros disponibles. Los comerciantes esperan que esto suponga un respiro para sus cajas y que se traduzca en un buen comienzo de verano.
Después de más de un año de lucha, los establecimientos no pierden la esperanza. Algunos piensan que la apertura de la frontera no está muy lejos y que con ella volverá el turista marroquí que tanto dinero dejaba en la ciudad.
Otros creen que solo estamos pasando por una mala racha pero que gracias a las ayudas y a las pocas ventas conseguirán sobrevivir y salir adelante.
Sin embargo, el verano está a la vuelta de la esquina y las previsiones no son muy halagüeñas. Ceuta es una ciudad muy fuerte y ha salido adelante en situaciones mucho peores. El tiempo pasará y la economía de esta ciudad se recuperará.
