Vuelve a Ceuta este martes 1 de septiembre para participar con el Instituto de Seguridad y Cultura, y en colaboración con la UNED en nuestra ciudad, en la presentación del informe Ceuta y Melilla o cómo convertir una grave crisis en la mejor de las oportunidades, cuyos textos son de Kissy Chandiramani (actual consejera de Economía, Hacienda y Función Pública de la CAC) y Jaime Bustillo (economista y exviceconsejero de Comercio, Transporte y Turismo de la Ciudad Autónoma de Melilla). Carlos Echevarría es profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED y presidente del Observatorio de Ceuta y Melilla, creado con los objetivos de identificar, describir y ofrecer respuestas a los nuevos desafíos a los que se enfrentan las dos ciudades autónomas. Como miembro también del Consejo Académico del Instituto de Seguridad y Cultura (asociación sin ánimo de lucro), hemos preguntado al profesor Echeverría sobre algunos asuntos de actualidad.
Pregunta. ¿Qué le atrae tanto de Ceuta?
Respuesta. Ceuta y Melilla están en un emplazamiento que invita al conocimiento, al análisis, al rigor, y esto es importante hacerlo a nivel nacional por que hay mucho desconocimiento en el resto de España sobre la idiosincrasia de las ciudades, como de los peñones y las Islas Chafarinas. Se plantean muchos desafíos en clave de política interna y de política internacional y para un analista comprometido es un objeto de atención. Como la situación de ambas ciudades es compleja, algunas personas hemos creído que era el momento de lanzar esta plataforma de análisis, divulgación y búsqueda de fórmulas para que Ceuta y Melilla salgan lo más airosas posibles en estas circunstancias. Los autores del informe que presentamos ahora son personas que conocen muy bien esa dimensión que es la económica. Hemos arracando con el tratamiento de la economía en lo que respecta a la producción del Observatorio porque creemos que es una prioridad. Son informes recientes que los autores han culminado en el mes de julio y llevan incorporado el impacto de la covid-19.
P. El impacto del covid es una de las patas de la crisis, pero Marruecos es otra.
R. Sí. Se trata de la cuestión en sentido amplio con las consecuencias de esos meses de complejidad añadida con respecto a la relación con Marruecos y, por supuesto, la importancia de reflexionar y actuar pensando que las ciudades autónomas no pueden depender nada más que del buen o mal momento de las relaciones con nuestro vecino. Hay otras dimensiones de la economía que activar o abrir si es que hay ventanas de oportunidad que no se han explorado y las ciudades han de mirar al resto de España sin perder de vista la dimensión europea.
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"La complejidad de ambas ciudades va a estar ahí siempre, pero precisamente hay que jugar con ello"
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P. ¿Separar el término complejidad de la palabra Ceuta será posible alguna vez?
R. La complejidad, por su ubicación geográfica, va a estar ahí siempre pero precisamente hay que jugar con ello. Es más, hay que jugar con esa situación que es permanente y luego también con coyunturas que introducen dificultades añadidas como es el caso del coronavirus. Son momentos en los que lejos de caer en el fatalismo y pensar sólo en los problemas, tenemos que pensar en las soluciones. Todo ello con el rigor y la seriedad de quien asume cuál es la situación y cuáles los condicionantes. En los informes se ahonda en que hay una presencia fuerte del Estado en las dos ciudades y también en la necesidad de que haya aún más Estado, aparte de la dinamización del sector privado, donde las autoridades públicas (Estado central, las comunidades, etc...) tienen que volcarse más.
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"Oportunidades no faltan pero hay que ponerlas en una posición más preferente de lo que históricamente ha sido porque, precisamente, nos eclipsaba esa otra dimensión de la economía en la relación bilateral con Marruecos".
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P. ¿Nos tenemos que olvidar de Marruecos?
R. No. No hay que caer en la ingenuidad de creer que se puede vivir a espaldas de un país vecino. Esta es una frontera económica no sólo de España sino también de la UE con el Magreb y el resto del continente africano. De espaldas no, pero asumiendo que no tenemos que depender tanto como se ha dependido tradicionalmente de esa frontera. Esas medidas que ha tomado Marruecos en año y pico han despertado a quienes no estaban despiertos. Parecía que el comercio transfronterizo iba a ser eterno y tras las decisiones del país vecino hay que diversificar. Oportunidades no faltan pero hay que ponerlas en una posición más preferente de lo que históricamente ha sido porque, precisamente, nos eclipsaba esa otra dimensión de la economía y la relación bilateral de Marruecos.
P. ¿La ficha que ha movido Marruecos ha sido en el tablero de su propio desarrollo económico o hemos vuelto al viejo asunto de la soberanía?.
R. No podemos ocultar que por parte marroquí existe esa reivindicación tenga la dimensión que tenga en términos políticos o jurídicos. Eso está ahí y lo sabemos. Si la decisión de dar un paso en relación con Ceuta y Melilla en términos de vecindad lo ha dado Marruecos por la coyuntura económica interna o internacional, eso es algo que podemos analizar y discutir. Quienes llevamos años analizando la situación del Magreb y la vecindad euromediterránea sabíamos que esto podía llegar en un momento determinado. Manifestado ya de forma más evidente, tenemos que considerar que la vida sigue y que hay otras dimensiones que no se han trabajado con ahínco previamente. Ahora nos vemos obligados a trabajar en ellas con urgencia y con buen aprochamiento. Las dos ciudades tienen enormes posibilidades y ofrecen muchas oportunidades pese a las dificultades. Hay que conocer Ceuta y Melilla sin perjuicios.
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"Si viene o no el rey, importa y mucho a ceutíes y melillenses por aquello de que el contexto en el que viven no es plácido y a veces poco tranquilizador, pero lo importante es trabajar en las cuestiones importantes en el día a día, es decir, generar estabilidad, riqueza y esperanzas para que esas cuestiones, más o menos anecdóticas, dejen de ser tan importantes".
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P. ¿Cuál debe ser la postura del Gobierno español? El mismo que insiste en que las relaciones son muy buenas con Marruecos.
R. Independientemente del color político del Gobierno que esté en el Palacio de la Moncloa, la postura debe ser la defensa del interés nacional. Y en ese sentido, efectivamente, la vecindad es compleja y lo seguirá siendo. Lo ha sido en la historia, lo es en el presente y lo será en el futuro. Hay toda una serie de elementos que considerar para elaborar una política exterior y de seguridad en relación con Marruecos en la que tiene que primar el interés nacional de España, el interés en términos de territorio y de población y conjugar una cosa con la otra. No es fácil, pero si conseguimos que las ciudades puedan evolucionar de una forma más positiva y más tranquilizadora económicamente, con esa diversificación más allá de la relación con el vecino del sur, habremos ganado muchos puntos y puesto pilares para que la política exterior de quien gobierne sea sólida, rigurosa y creíble.
P. ¿Cree que Felipe Vi no vino a Ceuta por no molestar a Marruecos?
R. Eso es una especulación que obviamente está ahí para que se hable de ello. El viaje de Su Majestad por el territorio nacional no lo decide él, es a nivel de Ejecutivo. Si se va o no se va, esas cuestiones importan y mucho a ceutíes y melillenses por aquello de que el contexto en el que viven no es plácido y a veces poco tranquilizador. Pero lo importante es trabajar en las cuestiones importantes en el día a día, es decir, generar estabilidad, riqueza y esperanzas para que esas cuestiones, más o menos anecdóticas, dejen de ser tan importantes. Anecdótico no es si el rey se desplaza o no al territorio. Todo tiene su importancia, claro.
P. La aduana comercial ha quedado en un segundo plano.
R. No voy a profundizar en eso porque no soy economista. Es una cuestión que hay que plantearse. Lo importante es que quienes tengan competencias reflexionen y vean los pros y los contras. Es una cuestión muy importante la relación transfronteriza pero no la única. Hay enormes oportunidades mirando en las distintas direcciones y no sólo hay que centrarse en mirar hacia el sur. Al resto de la UE hay que implicarles en esta reflexión y esfuerzo.
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"Sobre Ceuta y Melilla no hay una opinión fijada por parte de nadie en Europa, ningún Gobierno se posiciona y, en cualquier caso, de hacerlo lo hace apoyando la integridad territorial de un socio como es España. Hay que hacer una labor pedagógica empezando por el resto del Estado".
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P. ¿Qué cree que piensa Europa de Ceuta y Melilla?
R. No hay una opinión. Si hablamos de que hay desconocimiento en el resto de España, imagínese lo que hay más allá de los Pirineos en relación con Ceuta y Melilla. No hay una opinión fijada por parte de nadie, ningún Gobierno se posiciona y, en cualquier caso, de hacerlo lo hace apoyando la integridad territorial de un socio como es España, y en términos de círculos de opinión es lo que tenemos que trabajar. El Observatorio sirve para eso, para que decisores de otros países y círculos de opinión, medios de comunicación y fuerzas políticas de otros páises de la UE tengan claro el anclaje de Ceuta y Melilla en el resto del territorio comunitario. Esto nos obliga a ser proactivos. Hay que hacer una labor pedagógica que, aunque nos choque, hay que empezar por hacerla en casa, es decir en el resto del Estado, y luego también en la Unión.
P. Voy al título del informe y le pregunto ¿"cómo convertir una grave crisis en la mejor de las oportunidades"?
R. Es una frase de uno de los autores. Es una frase proactiva, estimulante, atractiva y luego lo que debemos es llenarla de contenido. ¿Cómo se hace eso?. Pues más allá de lo que es un deseo, trabajar para conseguirlo. Es una idea fuerza de uno de los autores que hemos rescatado para darle un atractivo al producto. Coincidirá conmigo en que es una frase que atrae el interés.
P. Desde luego ¿Qué me dice sobre Marruecos y su desarrollo comercial?
R. Tiene un impacto claro, igual que cuando se planteó en su idea la construcción de Tánger Med. Nuestro vecino del sur es cada vez más dinámico y competitivo, tratando de arrastrar clientes e intereses. Su dinamización nos tiene que llevar a nosotros a una dinamización mayor si cabe. Estamos hablando de dos rincones de un Estado que son Ceuta y Melilla. Tenemos que ser capaces de reaccionar ante un vecino que no se para y tiene unas ambiciones que ha declarado y que está manifestando. La economía de frontera que hemos tenido durante décadas permitía la supervivencia y el flujo a miles de personas. Eso ya no es así. Tampoco era lo deseable que la economía de la ciudad se basara en eso.
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"Las instituciones estatales son muy visibles pero, a pesar de eso, hace falta un mucho más Estado en el sentido de medidas concretas de la Administración central para que en la economía y la política las ciudades sean atractivas".
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P. ¿Es una buena decisión rebajar la fiscalidad y realizar descuentos tributarios?
R. Todo lo que sean incentivos para dinamizar la economía es bueno. Todo lo que permita que otros españoles acudan a Ceuta y Melilla, y poco importa la excusa, perfecto. Todo lo que sea transmitir atractivos en diversos ámbitos, perfecto. Cualquiera que desembarca en Ceuta y en Melilla ve al Estado. Las instituciones estatales son muy visibles pero, a pesar de eso, hace falta un mucho más Estado en el sentido de medidas concretas de la Administración central para que en la economía y en la política las ciudades sean atractivas. Esto acompañado, por supuesto, de una dinamización del sector privado que se vea amparado, arropado, estimulado y protegido para que las fuerzas públicas y privadas coadyuven al objetivo.
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"Hay que pensar en las empresas de juego porque es parte de la diversificación y enmarcarlo en el brexit. A mí personalmente no me gustaría que ese fuera el pilar fundamental aparte de que creo que no podría serlo en ningún caso".
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P. Me imagino que estará al tanto de una información publicada recientemente por El Español sobre que el CNI investiga casas de juego de Ceuta y Melilla como tapadera del espionaje extranjero.
R. Tenemos una realidad que es que por el brexit el papel de Gibraltar en esa dimensión ha cambiado. Ha habido una cierta deslocalización de estas empresas u oficinas de juego. No entro si me gusta más o menos la cuestión del juego. Tampoco estamos hablando de que el futuro de ambas ciudades se va a basar en el juego de azar. Genera el empleo que genera, vale. Todo lo que se ha especulado de servicios de inteligencia y demás, ahí me va a permitir que no entre, simplemente porque no tengo información sólida para poder opinar sobre ello. Sí puedo opinar sobre la dimensión económica y creo que sí hay que pensar en ello porque es parte de la diversificación. A mí personalmente no me gustaría que ese fuera el pilar fundamental aparte de que creo que no podría serlo en ningún caso. Tiene que haber muchos otros pilares. Si uno de los pilares es este y es una actividad que en Ceuta y Melilla y en el resto del Estado tiene o tendrá la regularización que requiera, no le veo ningún problema. Por otro lado, es verdad que es una dimensión que da mucho juego para teorías y bueno... para eso están los servicios de información y las agencias de inteligencia, para explorarlo. Afortunadamente no todo es el juego, hay que enmarcarlo también en el contexto del brexit y debe ser parte, una parte probablemente pequeña, de un espectro mucho mayor de actividad económica que pasa por otras inversiones.
