Tras la reunión celebrada este martes por el Comité Ejecutivo del colectivo empresarial, este ya ha alertado sobre la posibilidad de que algunos comercios puedan cerrar sus puertas ante el problema de la falta de fluidez del turista marroquí para visitar la ciudad, lo que ha provocado que las ventas de los comercios y servicios descendieran durante julio y agosto en torno al 20 y el 40 por ciento del volumen de facturación.
El colectivo empresarial ya trasladó antes del verano a la Ciudad y a la Delegación del Gobierno una serie de medidas para aliviar el caos circulatorio y las retenciones que se registran en la frontera en la época estival, en la que, además, de los problemas con los porteadores hay que sumar los efectos derivados de la Operación Paso del Estrecho.
Una de las medidas propuestas es la colocación de agentes de la Policía Local en las rotondas ubicadas en la Nacional 352 para desviar a los conductores que no se dirigen hasta la frontera pero que tienen que utilizar esta vía para llegar a destinos como el hospital, Loma Colmenar y otras barriadas. También pedían de la habilitación de un carril no asfaltado que era utilizado anteriormente por camioneros para acceder hasta las naves del Tarajal.
Las medidas han caído en saco roto. Desde la CECE se entiende que la frontera necesita una reforma integral, al margen de las obras que se puedan acometer en la Nacional 352, la que conduce al paso fronterizo. Una parte de estas obras ya están en proceso de licitación.
Pese a ello, el colectivo insiste en que la situación está perjudicando de una manera notable al comercio local y, por ende, a la economía ceutí. Es por ello que están dispuestos a poner en manos de la CEOE el asunto para que este organismo trate con los ministerios con competencias sobre la frontera del Tarajal.
