"régimen policial Y TOTALITARIO"

Los empresarios de El Tarajal exigen el cese de las restricciones al tráfico peatonal y rodado en los polígonos

Los comerciantes aseguran que los controles impuestos por la Policía Nacional están ocasionando pérdidas a los industriales y perjuicios a la actividad económica en el recinto. Los empresarios creen que el problema de la frontera "se ha trasladado del ámbito público al privado".

polígono el tarajal
photo_camera Una furgoneta de la Policía Nacional circula por una calle de los polígonos/ ANTONIO SEMPERE

Los comerciantes de los polígonos de El Tarajal han declarado la guerra a los controles y limitaciones al tránsito que la Policía Nacional impone a diario en el recinto. Los empresarios consideran que estas actuaciones de las fuerzas de seguridad constituyen “obstáculos al libre comercio”.

Todas estas quejas figuran en los escritos que los industriales han presentado ante la Delegación del Gobierno para avalar la petición de que cese cualquier limitación al libre tránsito de personas y vehículos, la ubicación de vallas y el cierre de calles. Las demandas de los empresarios se extienden, además, a la exigencia de que se abra el nuevo acceso de El Tarajal II, cuya apertura viene siendo postergada desde hace meses, y a la petición de que la regulación del tráfico peatonal y rodado se limite exclusivamente a las zonas de los pasos fronterizos.

Los comerciantes califican de “insostenible” una situación que, según denuncian, ha empezado a afectar a la actividad económica que se desarrolla en los polígonos. En sus escritos, advierten de que muchos propietarios se han visto obligados a cerrar sus naves y otros acabarán haciéndolo. Los firmantes de las denuncias llegan a asegurar en ellas que la situación que se vive en los polígonos parece más propia de un “régimen policial y totalitario”.

Según explican los empresarios, las restricciones impuestas por las fuerzas de seguridad están provocadas por las aglomeraciones que genera la apertura del Biutz, lo que hace que sean las naves industriales radicadas en ese entorno las más perjudicadas. Además, señalan a la existencia de las denominadas “naves consignas”, establecimientos en situación irregular, que, al burlar los controles, se acabarían beneficiando de las limitaciones que se imponen al resto de comerciantes que desarrollan su actividad legalmente.

Los propietarios de las naves situadas en los polígonos de El Tarajal, Alborán y La Chimenea ofrecen algunos ejemplos de las situaciones a las que se ven abocados por la política de seguridad impuesta por la Delegación en la zona. Así, los horarios establecidos para el tráfico rodado en el polígono El Tarajal I obligan a los camiones de reparto que salen del recinto a primera hora a no poder regresar a las naves donde radican sus empresas hasta pasadas las 14.00 horas.

Los industriales consideran que las autoridades han trasladado a dejado caer sobre el sector privado un problema que, como el fronterizo, concierne al ámbito de lo público. “Resultaría impensable, por ejemplo, que la Policía Nacional tomase a diario la avenida Cañonero Dato porque se producen aglomeraciones de personas y de vehículos en las inmediaciones del Lidl, que se producen, pero no estaría bien vista dicha actuación en pleno centro de la ciudad”, argumentan.